La ceremonia de canonización del Patrono de la ciudad de Viedma se realizará el domingo. El salesiano será el primer santo argentino no religioso, a quien se le atribuye un milagro ocurrido en 1980.
Artémides Zatti perteneció a la comunidad salesiana pero no era religioso consagrado, sino que se desempeñaba como enfermero en Viedma y Carmen de Patagones a principios del siglo pasado.
La ceremonia de canonización del Patrono de la ciudad de Viedma se realizará en el Vaticano a las 5 (hora argentina) y estará presidida por el Sumo Pontífice y asistirá una delegación de sacerdotes salesianos del centro y sur del país.
Voceros de la comunidad salesiana expresaron que esta canonización “es muy importante” porque se trata del primer Santo perteneciente a la comunidad, pero que no fue fundador de esa congregación.
Zatti se convertirá de esta manera en el tercer santo argentino. El primero fue Héctor Baldiviezo, quien desempeñó su sacerdocio en la ciudad de Buenos Aires y el segundo José Gabriel Brochero, quien lo hizo en la provincia de Córdoba.
Artémides Zatti es el primer santo “no religioso” ya que sólo perteneció a la comunidad salesiana donde llegó a ser “Salesiano Coadjutor”.
El llamado “enfermero de los pobres” iba con su bicicleta a los lugares más alejados de Viedma y Carmen de Patagones, donde iba a curar a los enfermos casa por casa.
A Zatti, quien falleció el 15 de marzo de 1951, se le atribuye un milagro ocurrido en 1980.En esa ocasión Carlos Bossio, ahora director de la Casa Salesiana de la localidad cordobesa de Colonia Vignaud, tuvo una septicemia y los médicos lo daban sin posibilidades de sobrevida. Los familiares elevaron plegarias a Artémides Zatti y Bossio curó de su enfermedad “de un día para el otro”, según contó el religioso durante una conferencia de prensa realizada hoy en la sede educativa salesiana del barrio porteño de Almagro.
El 14 de abril del 2002, el papa Juan Pablo II lo proclamó beato de la Iglesia Católica.
El Obispo de Viedma, Marcelo Laxague, destacó “ojalá que la figura de Zatti nos despierte a todos por hacer el bien, trabajo mucho por algo que el papa Francisco pone siempre de manifiesto, la fraternidad. Para él todos eran amigos y hermanos”.
El párroco de Carmen de Patagones, Pedro Narambuena, destacó que “Zatti iba en su bicicleta, para lo cual hay que doblar la rodilla y hacer fuerza para pedalear. Su vida fue mucho de eso, pero nada lo desanimó para su misión”.
Narambuena relató que la ceremonia de canonización será a las 5 hora argentina y que se hará junto a un obispo italiano, luego se entregarán las reliquias.
El día anterior la familia salesiana que viajará al Vaticano, tendrá una audiencia con el papa Francisco en parte porque el Sumo Pontífice conoce la trayectoria de Artémides Zatti.
En Argentina, en la Basílica Maria Auxiliadora del barrio porteño de Almagro, habrá una misa el sábado 8 y en Bahía Blanca, donde Zatti vivió muchos años recién llegado de Italia, habrá una eucaristía el lunes 10.
En Viedma, en el colegio Zatti se instalará una pantalla gigante para transmitir en directo la ceremonia de canonización, luego se oficiará una misa en el templo parroquial Don Bosco, donde se conservan la reliquias del Santo.
El párroco detalló, además, que luego “habrá una caravana por las calles de la ciudad, rememorando esa expresión de cariño popular que se vivió cuando Zatti murió”.
Tras lo cual se realizará una bicicleteada desde la parroquia salesiana Nuestra Señora del Carmen hasta la parroquia Artémides Zatti, en uno de los barrios periféricos de Carmen de Patagones. Además habrá actos en Colonia Vignaud, en la provincia de Córdoba.
La historia de Zatti
Artémides (en italiano, Artemide) era hijo de Luis Zatti y Albina Vecchi. Tenía 7 hermanos. Como muchos italianos de esa época, eran campesinos pobres que ingresaron a Argentina para escapar del drama del hambre y la desocupación en Europa. Entre los miles de familias que llegaron al puerto de Buenos Aires el 9 de febrero de 1897 estaba la familia Zatti. Luego se trasladaron a Bahía Blanca, donde se encontraba su tío Juan Zatti con su familia.
Durante los fines de semana se acercaban a la parroquia Nuestra Señora de la Merced, atendida por los salesianos. Allí Artémides pudo profundizar su fe en Jesús y conocer a Don Bosco. Con ese testimonio decidió ser salesiano.
Viajó a Bernal para comenzar el aspirantado salesiano, donde estudió y trabajó con entusiasmo. Lamentablemente contrajo tuberculosis al tener que cuidar de un salesiano golpeado por esa enfermedad. El contagio fue inevitable. No obstante, él siguió adelante.
Viajó a Viedma para apaciguar los dolores de su enfermedad. Allí conoció al padre Evasio Garrone, dedicado a la medicina, que le invitó a realizar una promesa a María Auxiliadora para lograr la curación, con el compromiso de dedicar su vida al cuidado de los enfermos del incipiente Hospital San José de Viedma.
La frase de Artémides fue categórica: “Creí, prometí y sané”, como quedaron escritas en el periódico Flores del Campo del 3 de mayo de 1915.
Este hecho es el punto de inflexión para entender el enorme trabajo de Artémides que podemos apreciar a lo largo de los años vividos en Viedma. Con fe sobrellevó la enfermedad y orientó su vocación, a la que nutrió diariamente en la unión con Dios, desde las cinco de la mañana hasta las últimas horas del día.
Trabajó durante 48 años en el Hospital San José. El 19 de julio de 1950 cayó de una escalera y allí se manifestaron los síntomas de un cáncer. Continuó con el cuidado de su misión durante unos meses hasta que su enfermedad lo incapacitó. Falleció el 15 de marzo de 1951 a los 70 años de edad.
Sus restos descansan y son venerados en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el Instituto San Juan Bosco de Viedma.