Los deportes mentales han sido objeto de debate en muchas ocasiones y durante mucho tiempo. Para aquellos que desconozcan lo que son, la definición que los describe es aquella actividad competitiva que permite ejercitar uno de los músculos más importantes del mundo, el cerebro, y que está sujeta a unas normas. Hay quienes no le encuentran relación con el fútbol o el baloncesto, por ejemplo, pero, a diferencia de estas dos disciplinas, en lugar de ejercitar el físico, lo hacen con el intelecto.
En la actualidad, hay cinco prácticas que están reconocidas como tal por la Asociación Internacional de Deportes Mentales, creada en 2005: el bridge, el ajedrez, las damas, el poker y el go. Hay muchos otros juegos más que se podrían sumar y que responden a las características necesarias, que a continuación expondremos con mayor detalle, para denominar estas actividades como deportes mentales.
Más allá de la competitividad y de las normas propias de cada una de estas disciplinas mentales, hay aspectos que tienen en común todas ellas. Uno de ellos es que reclaman un entrenamiento constante, a las más altas instancias, y que mejoran la condición física y mental, sobre todo esta segunda, de aquel que lo practica. Además, los resultados de cada una de las partidas son evaluables y concretos: hay un vencedor y un vencido.
También cabe poner en relevancia el alto nivel de concentración y los diferentes tipos de habilidades mentales que se requieren para practicarlos. Como sucede en otros deportes, como el tenis o el ciclismo, hay momentos en los que la fortaleza mental pasa por delante del nivel de cada uno, y eso es clave para hacer decantar la balanza en momentos decisivos en los que está en juego un simple turno o toda la partida.
La socialización, elemento importante
A estos deportes mentales se los vincula con muchos beneficios destacados como el aumento de la capacidad de análisis, la mejora en la memoria o el trabajo para llevar a cabo diferentes estrategias. Cada paso es importante y, para evitar que haya consecuencias no deseadas por nuestros intereses durante el transcurso de la partida, se tiene que poner el foco en cada uno de los movimientos, los nuestros y aquellos que posiblemente pueda realizar el adversario.
Uno de los aspectos beneficiosos a destacar es el componente social que generan. Ejemplificándolo en el ajedrez, es considerado como una herramienta de integración en la sociedad, pues, aparte de combinar diferentes elementos como el deporte o el pensamiento científico, está abierto a cualquier tipo de persona, sin importar la nacionalidad, el idioma o el género. Lo mismos sucede con las otras disciplinas: se presentan de la manera más transversal posible y abierta a todos.
Actualmente, gracias a la migración a las pantallas de numerosas actividades, podemos encontrar estas disciplinas mentales en el campo virtual. Son de especial mención portales especializados como en el caso del juego de 52 cartas sobre tapete verde que, además de ofrecer a los internautas la posibilidad de participar en partidas y torneos vía online, también permiten conocer las diferentes manos de poker y el valor de sus cartas.
Incluso en el campo digital, y gracias a los avances tecnológicos que han ido apareciendo, se están creando experiencias que reducen la aparente distancia que existe inevitablemente entre los usuarios detrás de la pantalla. Algo que apareció hace años en forma de chat ha ido evolucionando a partidas disponibles en streaming, en las que no solamente se puede interactuar con el contrincante mediante texto, sino que también se le puede observar por la pantalla.
Tal es el nivel de popularización en la actualidad de estas prácticas, que incluso se han creado en el mundo digital diferentes academias virtuales que permiten a los alumnos mejorar sus técnicas y ampliar sus conocimientos con el objetivo de poder competir el día de mañana con más herramientas. Lo que antes tenía lugar en centros culturales y sociales de una población determinada, la digitalización lo ha abierto a todo el público en general y en un solo clic ofreciéndolo a través de la red.