El periodista deportivo de Radio EME analizó la derrota de la Selección Argentina en su debut mundialista frente a Arabia Saudita.
Por Carlos Bustingorria
Llegó la presentación de Argentina en Qatar 2022: perdió el seleccionado encabezado por Lionel Messi en su debut.
Argentina no perdía contra una selección no europea en un mundial desde Italia 90’, cuando cayó en el partido inaugural contra Camerún por 1 a 0. Hay que recordar que en aquel partido hubo muchas patadas como las que también propinó hoy Arabia Saudita ante el combinado argentino. En aquel tiempo, con un Maradona a medias, terminó el campeonato con el triunfo de Alemania en la final contra Argentina, donde se registró un mal partido del árbitro mexicano Codesal, quien le cedió un penal al conjunto que salió victorioso y no le permitió a la Argentina alcanzar una nueva estrella mundial.
Esta vez ante Arabia Saudita, en esta mañana, será otro resultado recordado como drama nacional para los argentinos. La sorpresa fue mayúscula porque llegó tras el gol de Messi, de penal cobrado por el VAR, que los adelantó en el marcador y se dejó remontar ante una desconocida defensa “argenta”. En dos o tres toques, el equipo árabe logró el empate y luego el triunfo.
Este resultado es el precio de una actitud confiada y de retroceso. Pues, tras el tanto inicial, el equipo de Scaloni se echó atrás esperando salir de contragolpe a una Arabia a la que se esperaba golear como lo hizo Inglaterra ante Irán. Sin embargo, ofreció una esplendida imagen porque lejos de desordenarse fue por más hasta sellar la remontada, y obtener una inesperada victoria.
Ganó bien Arabia Saudita.
La falta de escalonamiento de la Argentina le permitió a Arabia Saudita empatar y ganar. En el medio faltaba marca, por eso estaba presente Enzo Fernández. Le dio un poquito de aire Acuña sobre Tagliafico que cumplió con su marca. Y Julián Álvarez ingresó por el Papu Gómez con el fin de ser más profundo.
Argentina intentó, quiso y pretendió. Pero el avance futbolístico de la marca del equipo árabe se desarrolló en bloques defensivos y anuló a Lionel Messi.
Messi se acordará de este arbitraje tras los fueras de juego pitados de goles que hubieran marcado la diferencia en el resultado. Argentina jugó con fuego y se quemó. Ahora tendrá que darle un giro de 180º a su nivel actual. Porque llegaban al mundial como un vendaval con 36 partidos sin perder. Y acabó mordiendo el polvo, si, mordiendo la tierra.
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Messi tiene un problemón por delante. Le quedan dos partidos y solo le queda un camino: ganar o ganar para no quedarse afuera.
Pero hay que recordar el mundial del 90′. El primer partido veníamos con la euforia del campeonato del 86′ y lo perdimos frente a Camerún, en un encuentro muy duro. Esto se puede remontar. Si México sale a jugar de igual a igual y Argentina se anima a hacer la diferencia, podrá dar vuelta el resultado.
Argentina tiene un problema porque el entusiasmo exagerado por muchos nos dio esperanzas. Pero esto es un mundial, partido tras partido. Habrá que esperar si podrá aparecer la famosa Scaloneta. Con mucha paciencia. Esto es Argentina. Esto es un mundial. Hay que confiar con mucha paciencia.