Estiman que la cosecha será de cerca del 25% de lo sembrado.
La persistente sequía que afecta a gran parte del área agrícola del país, a lo que en el último tiempo se sumaron heladas tardías, golpeó de manera tal al trigo que muchos productores de la zona núcleo decidieron no cosechar sus pobres frutos, y aprovechar las lluvias de los últimos días para comenzar a sembrar soja sobre los lotes ocupados con el cereal.
“Nunca vimos algo así. Mi padre tiene 73 años y dice que es la primera vez que ve que pasan cinco meses sin llover”, dijo el productor de la zona de Junín, Pablo Ferrari.
Según detalló el empresario que alquila campos linderos a dicha localidad bonaerense, “el 25 de mayo se dio la última lluvia importante que nos permitió sembrar el trigo y de ahí en más no pasó más nada acá. Tendría que llover por año unos 1.000 milímetros, pero hoy estamos, en noviembre, apenas en 400 milímetros“.
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“Trabajo 600 hectáreas todas alquiladas. En el trigo que ‘quemamos’ (se le pulveriza herbicida para secarlo) tuvimos un gasto de u$s500 por hectárea que se tiraron a la basura. A eso hay que sumar el alquiler, por lo que por la soja que estoy sembrando necesito unos 1.500 kilos extra para cubrir ese gasto. Va a ser un año para pasarlo con la menor pérdida posible”, indicó Ferrari.
La zona núcleo es agrícola por excelencia, que si bien no es la que más trigo aporta a nivel nacional, las mermas productivas que se darán en dicha región serán tan contundentes que la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) la catalogó como un “desastre productivo”, al afirmar que la caída en la producción será del 83% al pasar de 7,8 millones de toneladas a 1,6 millones.
Al adentrarse en la zona, el “desastre productivo” se hace palpable: trigos amarillos y secos de pequeña estatura pintan el escenario al costado de las rutas, a pesar de que las banquinas presenten un verde de pocos días gracias a las lluvias.
Al adentrarse en los caminos rurales e ingresar en los campos, donde abundan los tractores tirando de sembradoras para implantar soja sobre el trigo todavía en pie, se puede apreciar espigas con granos vacíos, por los cuales no vale la pena poner en marcha las cosechadoras.
“Lo que pasó es tremendo, algo nunca visto e inédito para la zona. En estos campos siempre hay bajitos o lagunas, pero hoy están todos secos”, expresó a Télam Gustavo Frederking, quien calculó que en la zona la producción será un 15% del volumen que acostumbra a cosecharse.
Es tal el mal estado del trigo que Frederking decidió emprender la siembra de soja y soltó vacas en los lotes e hizo rollos con el cereal. “Es una decisión durísima, tanto que algunos productores lo van a cosechar de todas maneras, porque en su cabeza no aceptan lo que pasa. No estamos acostumbrados a no tener cosecha”, dijo el productor.
Para Edmundo Nolan, productor de la zona de Venado Tuerto, “es algo desesperante ver el trigo ahí. Nunca es bueno perder una ilusión. Para nosotros la cosecha siempre fue una fiesta, pero hoy no se la puede pagar”.
“Por eso, uno está cambiando una realidad que es que voy a cosechar algo que no me va a dar ni para pagarle a la persona que va a venir a trillar, mucho menos las semillas y fertilizante, por una siembra encima haciendo que se pierda. Esa situación es un velorio”, lamentó Nolan.
No obstante la falta de humedad, el agricultor remarcó que los efectos en los suelos no serán los mismos que podrían haber sido hace cuatro décadas atrás, gracias a la implementación de la siembra directa.
“Sí puedo decir que una seca de estas antes nos hubiera dejado con resultado cero en todo. Con el tema de la siembra directa algunas cosas se atenúan, se cuida el suelo y no se pierde de todo. Si esto pasaba hace 40 años nadie podría pasar por la ruta porque estaríamos tapados en una nube de polvo”, finalizó.
Por su parte, Carlos Covernton, productor de la zona, sostuvo que ni él, ni su padre ni su abuelo vieron “algo por el estilo. Sabemos que pasó algo parecido en 1915, hace más de 100 años”.
Además, Covernton le puso números a las pérdidas: “Por la sequía, ya se perdió el 50% del trigo de la zona de Venado Tuerto, y pasó de un rinde esperado de 50 qq/ha a 25 qq/ha. Pero el problema es que de lo que iba a rendir 25 qq/ha, se perdió el 80% por las heladas. O sea, se va a cosechar el 20% de lo sembrado con la mitad del rinde”.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural de Pergamino, Jorge Josifovich, destacó la gravedad de la sequía y dijo que “si bien hemos sufrido secas bastante fuertes como en 2008 y 2017, este año vivimos una situación mucho más compleja. Este año no recibimos los 900 milímetros promedios de precipitación, sino 300 milímetros y tuvimos 180 días con heladas, lo cual produjo la tormenta perfecta para que los cultivos de invierno estén destrozados”.
Según Josifovich, de las 30.000 hectáreas que se sembraron con el cereal en la zona de Pergamino, uno de los puntos más castigados de la zona núcleo “se va a cosecha menos de la cuarta parte, lo que significa menos ingresos para las familias, menos trabajo para los transportistas y menor uso de combustibles y los contratistas van a trabajar al costo, y todo eso va a derramar en la economía en principio regional, pero después lo hará en la nacional”.