En los últimos seis meses ya se secuestraron casi 8.000 cubiertas. Los precios en el mercado interno están por los aires y se registran faltantes.
Personal de la Aduana detuvo a un camión que se dirigía desde Iguazú con destino a Posadas. Al trasladarlo al sector de Cargas de la Aduana de Iguazú pudo constatar a través de los escáners que llevaba una carga de neumáticos sin aval aduanero. Realizado el conteo, el mismo totalizó 209 neumáticos de diferentes marcas y medidas, de origen y procedencia extranjera. El valor en plaza estimado de la mercadería en superior a los 14.000.000 de pesos.
El contrabando de neumáticos es moneda corriente los últimos meses, y la Aduana lleva secuestrados casi 8.000 neumáticos en los últimos seis meses. Los valores de los neumáticos en el país son exorbitantes si se comparan con lo que cuestan en el exterior. Por eso son tan cotizados en el mercado informal.
“La incautación aumentó considerablemente en los últimos meses. Se explica por la paralización de las plantas, por el aumento de cautelares planteadas por las empresas para importar y sobre todo por el precio”, explicaba el titular de Aduana, Guillermo Michel hace un mes cuando anunciaban de la cifra secuestrada de 7.500 neumáticos. El valor secuestrado total se estima en más de 500.000.000 de pesos.
El ingenio no descansa
La forma más usual para contrabandear ruedas desde el exterior es a través de encomiendas. Las pasan, las enfrían y luego se envían en encomiendas a los distintos puntos del país. Mientras que AFIP incauta en la frontera, la policía efectúa un seguimiento a todo este circuito posterior.
Pero el ingenio no tiene fin. Se han encontrado gomas disimuladas en camiones que transportan granos de cereal. Las imágenes son risibles: las autoridades dejan caer granos de trigo y van apareciendo los neumáticos. También se hallaron en camiones que trasladan madera. Cualquier lugar es bueno para esconder el contrabando.
“Lo más raro es que encontramos neumáticos dentro de otros neumáticos. Hemos hecho incautaciones de rodados en los que dentro de una goma venían 3 o 4 más sin presión de aire”, revela Michel. Quevedo brinda un dato que no es menor y que es desconocido: “Para meter una goma dentro de otra barretean el talón y esa goma ya no es la misma. A eso hay que sumarle que se desconoce quién las fabrica y dónde”.
Fuente: NA