El clima cálido y las altas temperaturas “favorecen la diseminación de virus, bacterias o parásitos”.
Gastroenteritis, intoxicaciones alimentarias, dengue e infecciones de ojos y oídos son las cinco enfermedades con mayor frecuencia durante el verano. A las mismas, se suma la “pérdida de estacionalidad” de las patologías respiratorias, según coincidieron especialistas.
La mayor prevalencia de ciertas enfermedades en el verano se relaciona con el clima cálido y las altas temperaturas. Estas condiciones “favorecen la diseminación de virus, bacterias o parásitos”, entre los que se destaca “el rotavirus y la bacteria Escherichia coli”. Estos patógenos, ligados a enfermedades diarreicas, pueden transmitirse a través de “la contaminación del agua, alimentos o manos”.
A su vez, estas enfermedades se relacionan también con la pérdida de la cadena de frío necesaria para la conservación de los alimentos, la contaminación durante su manipulación y “con un mayor consumo de alimentos crudos, o que no pasan por una cocción adecuada”. A esta característica típica de la época estival se suman los viajes a entornos distintos. Allí “muchas personas se aventuran a consumir alimentos nuevos, regionales e incluso exóticos, desconocidos por su sistema inmune”. Por este motivo, se puedan presentar “alergias e intoxicaciones alimentarias”.
En cuanto a los picos de calor, “predisponen al cuerpo a sufrir la enfermedad por calor”, que incluye agotamiento, injuria y en su forma más grave el golpe de calor o insolación. Estos síntomas también están asociados al ejercicio y a los riesgos de deshidratación. En ese sentdo, se busca evitar la exposición prolongada al sol, principalmente en horarios no recomendados (de 10 a 16 o 17 horas).
Recomendaciones para prevenir las enfermedades
Como medida de prevención para evitar o minimizar los contagios se recomienda el lavado de manos y el consumo de agua potable. Además, es clave asegurar el calendario de vacunación. También es importante diferenciar los síntomas habituales de una enfermedad. Entre los principales síntomas de alarma, se encuentra “la palidez cutánea, que haya sangre en la materia fecal, la falta de orina, o las diarreas con mucha fiebre persistente”.
Fuente: Télam