El Sumo Pontífice visita el país africano con mayores devotos del catolicismo. Mañana dará una misa por las víctimas de violencia en el país.
En la República Democrática del Congo, el papa Francisco denunció el martes el “veneno de la codicia“. Fue por los recursos minerales que provocan conflictos afirmando que el mundo rico no puede seguir ignorando la trágica situación de muchas naciones africanas.
El Papa criticó a los países ricos por ignorar las tragedias que se están produciendo en el Congo y en otros lugares de África. “Uno tiene la impresión de que la comunidad internacional prácticamente se ha resignado a la violencia que la devora (al Congo). No podemos acostumbrarnos al derramamiento de sangre que ha marcado este país durante décadas, causando millones de muertos”, destacó.
El pontífice, de 86 años, aterrizó en la capital, Kinshasa, por la tarde de la hora local. Tras una ceremonia de bienvenida y un encuentro con el presidente Felix Tshisekedi, pronunciaron un discurso ante autoridades, diplomáticos y representantes de la sociedad civil. Mañana oficiará una misa y se reunirá con víctimas de la violencia en este del país.
El Congo posee algunos de los yacimientos más ricos del mundo de diamantes, oro, cobre, cobalto, estaño, tantalio y litio. Sin embargo, sus abundantes recursos minerales han avivado el conflicto entre milicias, tropas gubernamentales e invasores extranjeros. La minería también se ha relacionado con la explotación inhumana de los trabajadores y la degradación del medio ambiente.
El este del Congo también se ha visto asolado por la violencia relacionada con las largas y complejas secuelas del genocidio de 1994 en la vecina Ruanda. Se calcula que 5,7 millones de personas están desplazadas en el Congo y 26 millones padecen hambre extrema. Los católicos constituyen cerca de la mitad de los 90 millones de habitantes del Congo.
Fuente: NA