Aunque los damnificados constataron que el grupo sanguíneo del recién nacido no se correspondía con el de ellos, la fiscalía desestimó la denuncia porque no pudo demostrarse la existencia de dolo, entre otros factores.
El embrión que hubiera correspondido tenía el material genético de ambos padres a partir de la unión del óvulo de ella y el espermatozoide de él, es decir que no había surgido de una donación. Sin embargo, una clínica de San Isidro cometió un error con el implante y los damnificados presentaron una demanda contra el establecimiento.
“Alteración y/o supresión de identidad de un menor de 10 años, estafa, defraudación y lesiones” es la denominación del expediente. La fiscalía a cargo ordenó un allanamiento que fue realizado por la división de salud de la Policía Federal.
El procedimiento se efectuó tanto en el centro de fertilidad como en la clínica donde nació el bebé, y el personal a cargo se llevó estudios de sangre, historias clínicas y protocolos.
“No se sabe de qué pareja es el embrión implantado. La clínica se presentó en el expediente e informó que solo podían llegar a indicar durante qué período de tiempo se podría haber incurrido en el error”, sostuvieron fuentes del caso a Clarín.
Desde la clínica informaron que el óvulo que dio origen al embrión en cuestión habría sido donado y que resta determinar quién es el padre biológico entre un reducido grupo de clientes del centro de fertilidad.
Los damnificados constataron que el grupo sanguíneo del bebé no se correspondía con el de ellos, por lo que si en el registro no había error, genéticamente el hijo no podía ser suyo.
Vadim Mischanchuk, el abogado que representa a la clínica, informó que la causa penal fue archivada. La fiscalía desestimó la denuncia porque no pudo demostrarse la existencia de dolo, mientras que las figuras penales de la alteración y/o supresión de identidad de un menor de 10 años, la estafa y la defraudación no pueden ser consideradas culposas.
Aunque sí existen las lesiones culposas, los instructores del caso rechazaron esa posibilidad tras haber constatado que el bebé no padece daños físicos ni psicológicos. El expediente quedó caratulad como “X s/derecho a conocer el origen” y tramita en el fuero de familia, donde interviene el Asesor de menores e incapaces.
En el fuero civil, la familia que tuvo al bebé y los titulares del embrión podrían demandar a la clínica de fertilidad por daños y perjuicios.
Fuente: Rosario3