El ex presidente brasileño estuvo tres meses en Estados Unidos luego de concluir su mandato al frente del Palacio del Planalto.
Bolsonaro viajó a Estados Unidos dos días antes de la fecha prevista para la entrega de la banda presidencial a Lula, el 1º de enero: dijo que necesitaba descansar, pero los críticos afirmaron que estaba evitando los riesgos de más de una decena de investigaciones legales a las que puede enfrentarse en Brasil.
Las pesquisas judiciales se han centrado en sus ataques contra el sistema de votación de Brasil y su presunto papel en alentar a sus partidarios a asaltar edificios gubernamentales en los disturbios del 8 de enero que recordaron el asalto de 2021 al Capitolio de Estados Unidos.
Bolsonaro, que tiene como ídolo político al expresidente de Estados Unidos Donald Trump, asistió este mes en Washington a la Conferencia de Acción Política Conservadora, donde cuestionó el resultado de las elecciones de octubre, ganadas por estrecho margen por Lula, y afirmó que su misión en Brasil “aún no ha terminado”.