El Instituto Provincial de Estadísticas y Censos dio a conocer el resultado de un estudio que analiza el perfil demográfico, educativo y de inserción en el mercado laboral de las mujeres santafesinas.
Si bien históricamente nacen más hombres, con el transcurso de las décadas la vejez se encuentra cada vez más feminizada. En el año 2010 se registraron 152 mujeres por cada 100 varones en el grupo de 65 años y más.
A lo largo de la historia la población incrementó su esperanza de vida. Sin embargo, las mujeres lo han hecho más que los varones. En casi un siglo (1913-1915 y 2008-2010), las mujeres en promedio prolongaron su vida algo más de 29 años (esto es un 59%), mientras que los varones la incrementaron casi 23 años (un aumento del 23,3%).
En el año 2010 la fecundidad de la provincia alcanzó el nivel de reemplazo. Esto es que en promedio cada mujer tiene la cantidad mínima de hijas/os necesarias para que la población no disminuya (sin tener en cuenta la migración)
En los últimos 20 años descendió la cantidad anual de hijos nacidos de madres entre 10 a 29 años y se incrementó la cantidad de hijos nacidos de madres entre 30 a 34 años (12%); 35 a 39 años (47%); 40 a 44 años (74%) y 45 años y más (152%).
Se observa una tendencia decreciente en la tasa de fecundidad adolescente de la provincia de Santa Fe. En el caso de las niñas entre 10 a 14 años (adolescencia temprana), la tasa disminuyó un 72,4% desde el año 2010 hasta finales de 2020.
El mismo comportamiento se refleja en la tasa de fecundidad de adolescentes tardía (entre 15 a 19 años), la cual se redujo a la mitad durante dicho periodo.
En cuanto al análisis del Perfil educativo, se pudo determinar que en el tercer trimestre del 2022, el 68,2% de las mujeres entre 25 y 64 años contaba con secundario completo. Superando a los varones en un 16,7%.
En las últimas décadas se observa que se incrementó el porcentaje de personas mayores de 20 años con nivel universitario completo. Sin embargo, el crecimiento no fue de manera homogénea, incrementándose notablemente en el caso de las mujeres. En el año 1991 la proporción de mujeres con título universitario era 27% menor que el de los varones, mientras que en el año 2010 la brecha se revirtió, siendo la proporción de mujeres un 20% mayor que el de varones.
Inserción en el mercado laboral
En cuanto a las desigualdades existentes en el ámbito laboral, las tasas de actividad y empleo son ampliamente mayores en el caso de los varones. Durante el tercer trimestre de 2022, en la provincia de Santa Fe la tasa de actividad registra valores de 50,8% para las mujeres frente 71,1% para los varones.
La tasa de empleo de las mujeres, presenta una leve tendencia creciente. Sin embargo, la diferencia con los varones sigue siendo significativa. Durante el 2022, 48 de cada 100 mujeres se encontraban empleadas, mientras que, en el caso de los varones, el número asciende a 67 de cada 100, es decir que, las mujeres tienen una tasa de empleo un 29,2% menor.
Al analizar la situación de las mujeres en distintas etapas de su vida, vemos que la brecha entre mujeres y varones es similar durante la vida económicamente activa (14 a 64 años) y se triplica entre la población adulta mayor.
Los varones presentan una tasa de empleo mayor que las mujeres, a lo largo de las distintas etapas de la vida. En las edades centrales, entre los 30 y 64 años, 67 de cada 100 mujeres se encuentran empleadas, mientras que en el caso de los varones el número asciende a 89 de cada 100, alcanzando una brecha de género de 24,6%.
Analizando los últimos 6 años, se observa una tendencia decreciente en la brecha de género de las mujeres más jóvenes (14 a 29 años) mejorando, de esta manera, su situación relativa con los varones de su misma edad.
Además de tener una menor participación en el mercado de trabajo, las mujeres presentan más dificultades a la hora de conseguir trabajo y/o trabajar más horas. Para el tercer trimestre de 2022, la brecha de género en la tasa de desocupación es de 17,8%, mientras que la tasa de subocupación es más del doble entre las mujeres que entre los varones (104,2%).
Cuatro de cada diez mujeres asalariadas de 14 años y más tiene un empleo informal. Siendo esta cifra un 32,3% mayor que la de los varones.
Si bien a lo largo del tiempo la inserción de la mujer en el mercado de trabajo ha ido en aumento, sigue siendo ella la que tiene una mayor participación en la realización de trabajo doméstico no remunerado. La participación de las mujeres en tareas domésticas es 87,1% mayor que la de varones, estando las tareas domésticas y de cuidado altamente feminizadas.
La presentación finaliza destacando que cada día las mujeres destinan en promedio más de 6 horas de su vida a la realización de tareas domésticas no remuneradas. Dedicando, de esta manera, dos horas y media más que los varones.