La bailarina y cantante contó que solo puede tener algo sexual con una persona con la que le “sucede algo vincular”; este término está en el espectro de la asexualidad, pero se diferencia de esta.
La sexualidad es un concepto muy amplio, por lo que —a medida que se rompen los tabúes— surgen nuevos términos para denominar orientaciones sexoafectivas. Este es el caso de la palabra “demisexual”, que refiere a quien solo puede tener relaciones sexuales con personas con las que se siente vinculado afectivamente.
En las últimas horas, el vocablo se volvió tendencia en las redes sociales luego de que la cantante y bailarina Flor Vigna dijera que se define como demisexual y se explayara acerca de su forma de relacionarse con otros. “Yo no puedo tener algo sexual con una persona sin que me suceda algo vincular, sin que haya una química linda”, explicó en una entrevista a Infobae.
En este sentido, la demisexualidad es un término que se utiliza para definir una orientación sexual en la que la persona no siente atracción sexual hacia los demás si no existe previamente una conexión emocional.
Tal como indica la BBC, para el resto de las personas ―excepto los asexuales― “esperar para tener relaciones sexuales hasta formar una conexión profunda es más una preferencia y menos una necesidad para desarrollar el deseo sexual”.
Cuál es la diferencia entre demisexual y asexual
La demisexualidad está en el espectro de la asexualidad. Sin embargo, se diferencia de este término porque, en el momento en el que surge la conexión emocional, aparece la atracción sexual hacia el otro.
Demisexualidad: un término relativamente nuevo que nació en las redes
Palabras como bisexual, heterosexual, homosexual o pansexual están en el léxico de la sociedad hace varias décadas. Sin embargo, muchos se asombran al oír por primera vez el vocablo “demisexualidad”.
Según indicó Anthony Bogaert, investigador de la sexualidad humana y profesor de la Universidad Brock en Ontario, al medio británico BBC la palabra surgió principalmente de una publicación que se hizo en 2006 en el foro de la Red de Educación y Visibilidad Asexual (Aven) y de defensores asexuales. “No necesariamente de los académicos”, aclaró.
En esa ocasión, las personas del foro estaban descubriendo cuán diverso podría ser el espectro asexual. Entonces, comenzaron a surgir nuevos términos a medida que personas que previamente se habían identificado como asexuales señalaron circunstancias únicas en las que podían experimentar atracción sexual. De esta forma, avanzaron en la discusión sobre cómo se da la asexualidad al identificar varios aspectos de este espectro.
La adopción de nuevas denominaciones sirve, no tanto para clasificar a las personas, sino para que estas puedan sentirse cómodas con las emociones que tienen al identificarse con un colectivo. Las categorías sexuales permiten, entonces, no solo entender las múltiples configuraciones con las que vive la sociedad, sino vincularse de una forma más fiel a uno mismo.
Fuente: La Nación