El ex presidente y sus hijos están acusados de haber inflado los activos de su empresa.
Una semana después de haber sido imputado en otro caso, Donald Trump debió presentarse este jueves nuevamente ante la justicia de Nueva York, donde una fiscal del Estado demandó al magnate y tres de sus hijos por inflar los activos de su compañía.
El ex presidente estadounidense compareció en la oficina de la fiscal general Letitia James, quien pretende imputarlo por fraude, por el cual le reclama unos 250 millones de dólares.
Durante el trayecto, Trump –quien iba en limusina junto a sus guardaespaldas- se cruzó con cientos de curiosos, algunos de ellos con pancartas, pidiendo su juzgamiento y su arresto, mientras que otros lo aplaudían.
James acusa al ex mandatario, y también a sus hijos, de haber manipulado los activos del grupo -que abarca hoteles de lujo y otras propiedades- de haber obtenido préstamos ventajosos y reducir el costo de los impuestos.
“Construí una empresa excelente y próspera, empleé a miles de personas, construí magníficas estructuras en todo el mundo, pero particularmente en Nueva York, y ahora tengo que demostrárselo a esta low life (mala vida) que hizo campaña en mi contra”, aseveró el ex presidente, en obvia referencia a la fiscal.
El caso está programado para ir a juicio en octubre próximo, y según dijo la abogada de Trump, Alina Habba, en un comunicado “se mantiene firme en su postura de que no tiene nada que ocultar, y espera educar a la fiscal general sobre el inmenso éxito de su compañía multimillonaria”.
La presencia de Trump en su ciudad natal ocurrió una semana después de haber declarado ante el juez Juan Merchan, quien lo acusa por haber pagado un soborno de 130 mil dólares a la actriz porno Stormy Daniels para que ésta no revele los detalles de una supuesta relación durante la campaña presidencial de 2016.
El problema para el empresario radica en que habría utilizado fondos de campaña para tal fin, a través de su abogado (Michael Cohen) lo que está penado por la ley estadounidense. Tras salir a la luz este episodio, el magnate demandó a Cohen por 500 millones de dólares, ya que considera que su ex colaborador violó la cláusula de confidencialidad.
A pesar de esta circunstancia, Trump ya adelantó que no planea retirar su candidatura para retornar a la Casa Blanca, si es que se impone en las elecciones del año próximo.