Tras una campaña de granos 2022/23 que representó un golpe a la productividad, generó quebrantos económicos y recortó el ingreso de divisas, todas las miradas apuntan al trigo, que en días comenzará a sembrarse.
En este contexto, las proyecciones climáticas chocaron contra la realidad y si bien los especialistas anunciaron que la “Niña” se retiraría y la siembra del cereal llegaría con perfiles cargados, las lluvias siguen demoradas.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que los productores enfrentarán una siembra fina con una seca similar a 2009. De este modo, antes que las sembradoras entren a la cancha, la entidad rosarina advirtió que aumentan las posibilidades de reducción de áreas trigueras en Córdoba, La Pampa, Santa Fe y centro y norte bonaerense.
“Por necesidades financieras la siembra de trigo 2023/24 debería poder superar las 7 millones de hectáreas, pero con escasa reserva de agua, la falta de lluvias complica las intenciones de los productores para el trigo”, remarcaron.
Tras la extrema falta de agua en los perfiles de suelo que dejó la campaña gruesa 2022/23 y las escasas lluvias registradas en abril de 2023, precipitaciones inclusive muy por debajo de abril de 2022, el potencial de concretar las intenciones de siembra en gran parte de la región pampeana está limitado.
Fuente: Infocampo