La piel es una ruta atractiva para la administración de medicamentos porque permite que lleguen directamente al lugar donde se necesitan, lo que puede ser útil para:
- Cicatrización de heridas.
- Alivio del dolor.
- Otras aplicaciones médicas y cosméticas.
Sin embargo, administrar medicamentos a través de la piel es difícil porque la capa externa impide que la mayoría de las moléculas pequeñas pasen a través de ella, esta es una de las razones por las que convivimos con agujas desagradables durante siglos.
Pero, ¿qué pasaría si pudiéramos reemplazar el doloroso pinchazo de la aguja con una inyección indolora de ultrasonido?
Esta es la propuesta de un nuevo sistema de aplicación de fármacos que se puede incorporar en un dispositivo, similar a un parche, que aplica ondas ultrasónicas indoloras a la piel, creando pequeños canales a través de los cuales pueden pasar los medicamentos. Los resultados están publicados en ‘Advanced Materials’.
Este enfoque puede servir para administrar tratamientos para una variedad de afecciones de la piel y también se puede adaptar para administrar:
- Hormonas.
- Relajantes musculares y otros medicamentos.
“La facilidad de uso y la alta repetibilidad que ofrece este sistema proporcionan una alternativa revolucionaria para los pacientes y consumidores que sufren problemas de la piel y envejecimiento prematuro de la piel”, reconoce el profesor Canan Dagdeviren del MIT.
“La administración de medicamentos de esta manera puede ofrecer menos toxicidad sistémica y es más local, cómoda y controlable”.
Cómo funciona la jeringa con ondas ultrasónicas
Ya se sabía que la exposición al ultrasonido aumenta la permeabilidad de la piel a los fármacos de moléculas pequeñas, pero la mayoría de las técnicas desarrolladas para realizar este tipo de administración de fármacos requieren grandes equipos. Esta nueva alternativa es tan simple como aplicar un apósito temporal, lo que facilita su uso en diversas aplicaciones.
El dispositivo contiene varios transductores piezoeléctricos en forma de disco, que convierten las corrientes eléctricas en energía mecánica. Cada disco se inserta en una cavidad polimérica que contiene las moléculas del fármaco disueltas en una solución líquida.
Cuando se aplica una corriente eléctrica a los elementos piezoeléctricos, generan ondas de presión en el fluido, creando burbujas que estallan contra la piel. Estas burbujas que estallan producen microchorros de líquido que pueden penetrar a través de la capa externa dura de la piel, el estrato córneo.
Las pruebas mostraron que cuando el medicamento niacinamida se administró utilizando el parche de ultrasonido, la cantidad que penetró en la piel fue 26 veces mayor que la que podría pasar a través de la piel sin asistencia de ultrasonido.
Por el momento, este tratamiento solo puede penetrar unos pocos milímetros en la piel. Los autores señalan que se pueden administrar tratamientos usados para eliminar manchas de la piel o curar quemaduras. Pero no quieren quedarse solo ahí y pretenden penetrar más en la piel, hasta, por ejemplo, llegar al torrente sanguíneo. También poder administrar fármacos con moléculas más grandes. Pasos a los que después seguirán las pruebas en humanos.
Fuente. TN