El hígado participa activamente del metabolismo de los azúcares, proteínas y grasas. Cuando se habla de hígado graso, se refiere al aumento del contenido normal de grasa que tiene el hígado, que es de alrededor del 5%, patología que se puede detectar a través de una ecografía u otro estudio por imágenes, y puede prevenirse manteniendo una dieta sana y con actividad física.
Cada 9 de junio, se conmemora el Día Mundial del Hígado Graso y, si bien la ingesta exagerada de alcohol es la causa más frecuente de esta patología, los dos factores principales para desarrollar un hígado graso no alcohólico son el sobrepeso y la diabetes.
“Como ocurre con la mayoría de las enfermedades hepáticas, las personas con hígado graso no tienen ningún síntoma, incluso aquellas que desarrollan daño hepático significativo. Por lo tanto, es aconsejable que los individuos con sobrepeso o diabetes se hagan estudios para ver si tienen hígado graso y de qué severidad “, señaló el doctor Federico G. Villamil (M.N. 48.585), Jefe del Centro de Hepatología y del Servicio de Trasplante Hepático del Hospital Británico.
Asimismo, indicó que, si bien la mayoría de los hígados grasos no producen daño hepático significativo, una pequeña proporción puede desarrollar cirrosis o cáncer hepático que lleve a la muerte o a la necesidad de un trasplante y aclaró que “fuera del daño hepático, tener un hígado graso es una señal de alerta y de riesgo para enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares”.
Investigación en la Argentina sobre el hígado graso
Junto al grupo de profesionales del Centro de Hepatología, Villamil llevó adelante la primera investigación poblacional en hígado graso que se realiza en el país. El estudio fue realizado en O’Brien, provincia de Buenos Aires, y se analizó con ecografía a 875 personas.
El 37% de las personas obtuvo un diagnóstico de hígado graso y la frecuencia aumenta en grupos de riesgo:
- 50% en individuos con sobrepeso
- 59% en aquellos con triglicéridos altos en sangre
- 62% en los diabéticos.
De las personas estudiadas, el 22% presentaba un daño hepático significativo, lo que resulta aún más preocupante.
Prevención del hígado graso
Para prevenir un hígado graso se pueden tener en cuenta los siguientes consejos médicos:
- Optar por una dieta saludable. Tiene que ser rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables.
- Mantener un peso saludable. Si se tiene sobrepeso u obesidad, reducir el número de calorías que se consumen cada día y hacer más ejercicio. Si se tiene un peso saludable, tratar de mantenerlo eligiendo una buena alimentación y ejercitarse.
- Hacer ejercicio. Lo ideal es combinar ejercicios aeróbicos como nadar, correr, bailar o ir en bicicleta con ejercicios anaeróbicos o de fuerza y resistencia como pueden ser flexiones, abdominales, planchas o sentadillas debido a que esta combinación hace que se incremente el metabolismo basal y se quemen más calorías.
Fuente: TN Bienestar