“Si alguna duda quedaba al respecto, la pandemia lo confirmó y demostró: a través de la tecnología se hace accesible el aprendizaje”, afirmó a TN Tecno Darío Álvarez Klar, educador y presidente ejecutivo de la Asociación Civil HUB educación e innovación. Sin embargo, en un contexto en el que computadoras y dispositivos móviles permearon en todos los aspectos de nuestra vida, un tema de debate cada vez más relevante es el uso de teléfonos celulares en las aulas.
Audrey Azoulay, Directora general de UNESCO, declaró hace poco que la revolución digital encierra un potencial inconmensurable, pero, al igual que se han hecho advertencias sobre cómo debe regularse en la sociedad, debe prestarse una atención similar al modo en que se utiliza en la educación.
El organismo de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura publicó en julio su Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2023 en el que incluyó un llamamiento para que la tecnología solamente se utilice en clase cuando sirva de apoyo a los resultados del aprendizaje, y esto incluye el uso de smartphones.
Los argumentos sobran. Los dispositivos móviles pueden ser una fuente de distracción constante para los estudiantes, interrumpiendo el proceso de aprendizaje y reduciendo la concentración en clase. Las redes sociales, los juegos y la mensajería instantánea pueden desviar la atención y afectar el rendimiento escolar.
Además de las distracciones, el uso inadecuado de los celulares también puede llevar a problemas de ciberacoso y comportamientos inapropiados entre estudiantes, creando un entorno poco propicio para el aprendizaje y el bienestar emocional de los jóvenes.
UNESCO sugiere prohibir los celulares en las aulas
El informe muestra que algunas tecnologías pueden servir de apoyo al aprendizaje en algunos contextos, pero no cuando se utilizan en exceso o de forma inadecuada. En concreto, la UNESCO advirtió que el uso de teléfonos inteligentes puede perturbar el aprendizaje en las aulas.
“El estudio de la UNESCO evalúa situaciones a nivel global tanto de países, como de diferentes culturas y contextos socioculturales y económicos”, explicó a TN Tecno Álvarez Klar. “Hay algunas afirmaciones muy interesantes que el informe hace, entre las cuales confirma lo que se viene hablando ya hace algunos años, donde la tecnología de por sí no es la garantía de aprendizaje. Tener tecnología al alcance, o usar tecnología en entornos educativos, no es garantía de mejor educación o de mayor calidad. Ahora, al mismo tiempo, el informe afirma que ya la educación sin tecnología no puede ser pensada, ya sea por dispositivos, por plataformas o por accesibilidad. Debe ser una herramienta que no puede estar lejos en las aulas de los alumnos y de los docentes”.
Álvarez Klar, que también es fundador de la Red Educativa Itinere, aclaró: “La tecnología de por sí no es un cuco. No se puede pensar en una educación sin tecnología. Pero tampoco es la panacea, ni es la respuesta en sí misma”.
Si uno ahonda en el informe de la UNESCO, lo que en el fondo advierte es que los celulares no sean un dispositivo distractor y que no se conviertan en la puerta de entrada a ciertos peligros, como por ejemplo el grooming.
Cada vez más países prohíben el uso de celulares en las aulas
Ante este panorama, no son pocos los países que ya están implementando medidas para prohibir dispositivos móviles en las aulas. Países Bajos es uno de últimos en sumarse a esta iniciativa, con una prohibición que entrará en vigor en el 2024 para todos los alumnos de secundaria.
Italia, Suecia y Finlandia, cada uno con sus respectivas motivaciones y regulaciones, son otros ejemplos de políticas de “Cero smartphones” en las aulas. Sin embargo, los casos más emblemáticos son los de Francia e Irlanda. En el país de los subcampeones del mundo, las medidas anticelulares ya tienen más de cinco años.
En Irlanda, en la comarca de Greystones, son un poco más extremos y se autoproclamaron “territorio libre de móviles para niños”: los padres del pueblo han acordado prohibir los teléfonos a los menores de 12 años. Uno de los principales motivos de la prohibición fue ver niños de nueve, diez u once años muy obsesionados con su cuerpo y muy pendientes de su imagen corporal, por culpa del uso irrestricto de aplicaciones de redes sociales.
En América Latina, países como la Argentina, Uruguay y México también están debatiendo la posibilidad de prohibir el uso de celulares en las escuelas para mejorar el rendimiento académico y fomentar una mayor concentración en el aprendizaje.
“En Argentina hoy no hay una prohibición”, explicó Álvarez Klar. Y agregó: “Las recomendaciones de la UNESCO son a nivel internacional. En Argentina la situación no es igual a las de otros países. Primero porque tenemos una enorme brecha de accesibilidad a la tecnología tanto en la posibilidad de acceder a la compra de elementos tecnológicos, pero también en la conectividad. Nuestro país no tiene una conectividad regular. En la pandemia se vio que muchas familias usaban sus teléfonos para acceder a la tarea o a las herramientas que los docentes le enviaban por WhatsApp porque no tenían otra forma de conectarse en distintos lugares del país. Entonces la tecnología debería ser un igualador. Para eso necesitamos que los chicos y las chicas desarrollen habilidades tecnológicas, desarrollen una conciencia del cuidado y de la responsabilidad de su uso. Necesitamos que los docentes aprendan a usarla en forma significativa”.
Beneficios y desafíos de prohibir celulares en las aulas
La prohibición del uso de celulares en las escuelas trae tanto ventajas como desafíos. Por un lado, se espera que reduzca distracciones para fomentar más atención e interacción entre docentes y alumnos.
Según un estudio citado en el informe de la UNESCO, la retirada de los teléfonos inteligentes de las escuelas en Bélgica, España y el Reino Unido mejoró los resultados del aprendizaje, especialmente en el caso de los estudiantes que no estaban rindiendo tan bien como sus compañeros.
“De alguna manera creo que lo que se intenta con estas medidas es generar atención y no mayor desatención, darle valor al encuentro con el otro, que si bien en la pandemia permitió el encuentro, ahora es aprovechar a estar juntos en la escuela”, dijo a TN Tecno Álvarez Klar.
Por otra parte, intentar una prohibición total es una tarea que plantea varios desafíos. “La prohibición es un término relativo”, expuso el educador. “Primero porque estamos hablando de una enorme dependencia que los jóvenes tienen con los dispositivos. Segundo porque en países como los nuestro, los alumnos viven con el celular fuera de la escuela y lo necesitan para su vida, ya sea para comunicarse con su familia, pedir un taxi, buscar una ubicación, etc. Por lo tanto, podrían tenerlo apagado en la escuela, pero no pueden dejarlo en casa. Es decir, lo van a llevar igual al colegio”.
El especialista aseguró que una prohibición, como tantas otras, estimularía el uso a escondidas, debajo de un escritorio, en el baño, etc. “La desintoxicación no se resuelve prohibiendo su uso, sino aprendiendo a usar la tecnología. Lo que tenemos que aprender es a generar otras experiencias que también generen interés, placer, curiosidad. Y en esto tiene una función especial la familia y la escuela”, concluyó Darío Álvarez Klar.
La educación en la era digital
La cuestión del uso de celulares en las escuelas es solo un aspecto de un debate más amplio sobre cómo integrar de manera efectiva la tecnología en la educación. En lugar de simplemente prohibirlos, los expertos abogan por un enfoque equilibrado que combine el uso responsable de los dispositivos con estrategias pedagógicas que fomenten un aprendizaje significativo y estimulante.
Se trata de evitar o reducir los riesgos porque el consumo de la tecnología es un hecho. Entonces, ¿cómo hacemos para compensarlo desde edades más tempranas? Darío Álvarez Klar es contundente: “Hay que encontrar formas de entretener, de jugar, de conectarse y dialogar con los chicos”. El especialista lo explicó con un paralelismo: “A mí me gusta hacer el paralelo con la alimentación. La tecnología en sí no es ni buena ni mala. Con la comida pasa algo similar. El problema es cómo se consume en su cantidad y su calidad. Hay comida que es sana y comida que no es sana. Ahora, cuando uno piensa en una dieta equilibrada, piensa en combinar, en reducir la cantidad de aquello que me hace mal. En poder compensar si consumo algo que me hace mal, no hacerlo todo el tiempo o en menores cantidades. La tecnología es lo mismo”.
A medida que más países sigan optando por prohibir el uso de celulares en las aulas, es necesario un diálogo informado y una reflexión profunda sobre cómo equilibrar los beneficios y desafíos de la tecnología en el entorno educativo. Solo mediante un enfoque responsable y bien fundamentado podremos asegurar que nuestros estudiantes se beneficien plenamente de las oportunidades que la era digital ofrece para su desarrollo académico y personal.