Este 31 de agosto Javier Fagioli llegó a la escuela de Soledad donde era director hace 16 años sabiendo que no era un día más porque se trataba del último como docente activo antes de su retiro jubilatorio.
Tenía resuelto como iba a despedirse de su servicio docente, caminando unos 40 kilómetros para unir esa localidad con su ciudad, San Justo, a la vera de la ruta provincial 61.
Fagioli estuvo acompañado en distintos tramos por amigos, docentes, alumnos e inclusive por otro director como Javier Machado, y logró su cometido tras ocho horas de caminata llegando a la ciudad de San Justo a las 16 hs aproximadamente.
En diálogo con Radio EME, el director expresó que eran cuatro los motivos por los cuales concretaba la caminata. “En primer lugar como agradecimiento a toda la comunidad de la Escuela 491 de Soledad, donde me desempeñe como director y docente durante 16 años”.
“Hemos logrado levantar una escuela con el equipamiento y los talleres necesarios para prácticas formativas”, expresó Fagioli.
También recordó a su escuela 277 de la ciudad de San Justo, donde fue alumno y docente durante 35 años.
Expresó también que pretende concientizar sobre la necesaria “valoración de la escuela técnica como motorizadora de proyectos de vida y el desarrollo de poblaciones”
Javier expresó un motivo llamativo y particular. “También lo hago por el cuidado de la salud y la necesidad de practicar actividad física. Yo pesaba más de 150 kilos y hoy estoy en mi peso, 88 kilogramos”, añadió.
“Quiero que esto no solo me sirva a mi sino a los jóvenes, porque la obesidad nos quita posibilidad de vida saludable”, dijo el agradecido y reciente jubilado Javier Fagioli.
Finalmente, como reflexión dirigida a los maestros, les pidió que sean conscientes de la impresionante tarea de formación de las nuevas sociedades”. “Hay que considerar a la docencia como profesión y saber que está en juego la formación de personas”
“La actividad docente necesita seriedad y compromiso. Es necesario que a lo largo de toda la carrera no dejemos de atender la mejora continua y en lo particular creo que debemos hacer “los esfuerzos necesarios para no bajar la vara de exigencia, para no darle a nuestros alumnos una certificación ficticia que termine en frustración”.