Los ecuatorianos votan este domingo en un histórico balotaje presidencial entre la correísta Luisa González y Daniel Noboa, en unos comicios que se anticipan reñidos y tensos tras el asesinato de un candidato en medio de una ola de violencia criminal.
González -alfil del expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017)- y Noboa -hijo de uno de los hombres más ricos del país- bajaron el telón de una campaña marcada por los chalecos antibalas, custodios con fusiles y un clamor unánime: frenar la violencia.
En los últimos años Ecuador se ha transformado en un centro de operaciones de cárteles de droga con tentáculos internacionales que imponen un régimen de terror y dejan miles de muertos, algunos desmembrados o colgados de puentes.
Apoyado por fuerzas de derecha y autoproclamado de centroizquierda, Noboa podría convertirse en el mandatario más joven en la historia del país a sus 35 años.
De su lado, González, de 45 años, aspira ser la primera en llegar a la Presidencia de Ecuador a través del voto popular.
Unos 13,4 de los 16,9 millones de ecuatorianos comenzaron a ejercer el voto obligatorio a partir de las 7 y hasta las 17 (las 19 en Argentina) para elegir una fórmula presidencial en unos comicios en los que varias encuestas prevén un cabeza a cabeza.
“Es un honor y un privilegio declarar inaugurada oficialmente la segunda vuelta de las elecciones presidenciales”, declaró Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), poco después de las 7, informó la agencia de noticias AFP.
Unos 100.000 militares y policías están desplegados en todo el país para garantizar la seguridad de las elecciones.
El vencedor gobernará Ecuador por casi 17 meses hasta terminar el periodo presidencial del derechista Guillermo Lasso, quien disolvió el Congreso y llamó a elecciones anticipadas para esquivar la destitución en un juicio político por corrupción.
Expertos consideran que el nuevo mandato será una suerte de precampaña de cara a la elección por cuatro años en 2025, lo que marcará el estilo del breve periodo.
A la crisis institucional se sumó la violencia política, además de escepticismo sobre la economía en un país dolarizado y con un 27% de pobreza.
Ocho dirigentes fueron asesinados, entre ellos un alcalde, dos concejales municipales, un candidato a diputado y un aspirante a la presidencia.
Fernando Villavicencio, uno de los candidatos favoritos para la primera vuelta del 20 agosto, fue baleado cuando salía de un acto en Quito a pocos días de los comicios.
Luego, siete de los presos implicados en su crimen fueron asesinados en diferentes cárceles.
González y Noboa se comprometieron a combatir el crimen y las bandas narcotraficantes. Entre 2018 y 2022 la tasa de homicidios se cuadriplicó y trepó a 26 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Este año expertos calculan que aumentará a 40.
Candidatos y periodistas se desplazan protegidos por chalecos, cascos y autos blindados.
Bandas vinculadas a carteles mexicanos y colombianos se enfrentan por el negocio de la droga y usan como oficina logística las cárceles, donde han ocurrido cruentas masacres. Desde 2021 más de 460 reclusos han muerto en esos choques.
“Vamos a levantar a este Ecuador (…) que clama a gritos por paz, por seguridad, por empleo, por salud”, manifestó González la semana pasada.