El presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, anticipó “una negociación nada fácil” con otros partidos políticos después de que este martes fuera designado para buscar apoyos en una votación parlamentaria para un nuevo mandato.
Sánchez remarcó que trabajaría para conseguir apoyos no sólo para formar Gobierno, sino también para aprobar leyes como coalición minoritaria para el resto de su mandato de cuatro años.
El líder socialista aspira a un segundo mandato de cuatro años y necesitará ganar una votación de investidura con el apoyo de sus posibles socios de coalición, el izquierdista Sumar, así como de varios partidos nacionalistas catalanes y vascos, algunos de los cuales abogan por la independencia de sus regiones.
Si ningún candidato consigue la mayoría antes del 27 de noviembre, habrá que repetir las elecciones.
“He aceptado el encargo del jefe del Estado, su majestad el rey (Felipe VI). Me dispongo a trabajar para formar lo antes posible un Gobierno de coalición progresista con suficientes apoyos para garantizar la estabilidad que necesita el país”, dijo Sánchez a la prensa.
En unas inconclusas elecciones generales del 23 de julio, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez obtuvo menos escaños que los conservadores de Alberto Núñez Feijóo.
El rey Felipe VI le propuso intentar formar una mayoría después de que Feijóo fracasara en su intento de convertirse en presidente del Gobierno la semana pasada.
Sánchez cree que puede reunir suficientes apoyos para su candidatura, que incluiría a los partidos independentistas catalanes Junts y Esquerra Republicana de Catalunya. Sin embargo, los dos partidos exigen una polémica e impopular amnistía a cambio de sus votos en el Congreso de los Diputados.
Aunque evitó mencionar explícitamente una amnistía durante una conferencia de prensa en Madrid, Sánchez defendió como un éxito su decisión de 2021 el año pasado de indultar a los líderes catalanes encarcelados por un fallido intento de independencia en 2017.
Sánchez dijo que la crisis —que llevó al Gobierno conservador de entonces a imponer temporalmente el gobierno directo desde Madrid— “no trajo nada bueno”.
“Creo que fue una crisis que no trajo nada bueno y de la que nadie se puede sentir orgulloso. (…) Entonces yo no era presidente del Gobierno, era líder de la oposición”, aseveró. “Desde entonces lo que he hecho ha sido tratar de superar esa situación”, añadió.
Además, defendió que los conflictos políticos deben resolverse “en el ámbito político y no en otro” y que “es la hora de la política, el compromiso, la generosidad y el liderazgo”.
“No se puede aspirar a gobernar España sin reconocer la pluralidad política de nuestro país, ni la diversidad territorial”, señaló.
Por otra parte, Sánchez dijo que le gustaría completar las conversaciones y fijar una fecha para la votación “lo antes posible”.
La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, puntualizó anteriormente que Sánchez aún no había compartido con ella su calendario sugerido para la votación de investidura.
Dijo que iniciaría las conversaciones con los principales partidos el miércoles, empezando por su ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, la líder de Sumar.