En el marco del proyecto Memorias Urbanas Feministas, el intendente Emilio Jatón participó de la instalación de la octava baldosa, en Santa Fe Capital. Cabe recordar que esta iniciativa aspira a crear un itinerario urbano específico a través de mosaicos instalados en diferentes puntos de la ciudad, a modo de huella. Así, estas marcas recuperan la historia silenciada de mujeres y disidencias locales.
El año pasado se instalaron en la ciudad siete baldosas. Ahora, retomando esta actividad, se radicó una más. En este caso, hace referencia al origen del movimiento de mujeres en la ciudad de Santa Fe y se emplaza en peatonal San Martín y cortada Falucho, una esquina emblemática de la ciudad.
Allí, hace más de cuatro décadas, el embrionario movimiento de mujeres realizó las primeras intervenciones en el espacio público, interpelando con el sólo hecho de colocar otros cuerpos portadores de mensajes incómodos para el orden patriarcal de la época. Poco a poco, la calle se fue convirtiendo en el escenario de disputa de sentido más categórico e insoslayable.
Contar la historia
La directora municipal de Mujeres y Disidencia, Florencia Costa, recordó que “este es un proyecto en conjunto. Si bien son las compañeras del movimiento quienes acercan la iniciativa a la gestión municipal, hubo una voluntad política por parte del intendente Emilio Jatón para concretar este proyecto, en el marco de los 450 años de nuestra ciudad”.
Siguiendo esta línea, destacó: “Este tipo de proyectos son muy importantes. Las baldosas son una oportunidad para las mujeres y disidencias que son parte de la historia, trabajando y construyendo una sociedad mejor. También es una oportunidad para que la sociedad pueda conocer la historia que no estaba contada hasta el momento”.
Costa, consideró además que es “una oportunidad para que las y los santafesinos puedan profundizar, conocer y también apropiarse de esta historia y hoy más que nunca, estas baldosas representan la memoria. La memoria es una herramienta para seguir construyendo futuro, para seguir luchando, para resistir y para seguir creciendo con la sociedad”.
Los orígenes
Por su parte, la historiadora Nidia Kraig dijo que “esta octava baldosa pretende dejar la huella del colectivo en la historia de la ciudad. La huella como memoria de que estuvimos y estamos. Aquí se recuerda los orígenes del movimiento”, informó.
“Elegimos esta esquina porque acá se realizaban los primeros actos en las décadas del 80 y del 90. Hoy tenemos 8 o 9 cuadras de movilización de las compañeras pero los primeros fueron tiempos muy duros, en el marco de otras formas de comunicar”, recordó.
Siguiendo esta línea, se pronunció Marta Fasino, quien formaba parte de aquel movimiento de lucha feminista. Retomando los dichos de Kraig aseguró que “ahora somos siete u ocho cuadras pero antes éramos siete u ocho mujeres las que nos movíamos. Empezamos y ni siquiera ocupábamos los espacios públicos, porque estábamos en plena dictadura. Usar los espacios públicos para hacer un acto era una locura”, relató.
Así recordó que “no hacíamos actos, pero lográbamos espacios en algún medio de comunicación para explicar qué era el 8 de marzo y homenajeábamos a aquellas mujeres que luchaban, que morían por la lucha. De eso a hoy que llenamos las plazas y las calles ha pasado tanto tiempo”.
“Logramos muchos derechos, todavía nos queda por hacer, nos quedan kilómetros por recorre y por luchar, pero para nosotros estar hablando, mirándonos y abrazándonos entre millones es un logro fantástico. Pero hay que seguir porque esto no se termina”, finalizó.