Javier Milei está en boca de todos en Argentina y en el mundo y sus prédica contra los dirigentes y las doctrinas de la izquierda política no pasaron desapercibidas entre los militantes afines al socialismo y el comunismo.
Recientemente, la Federación Sindical Mundial lo tildó de “neofascista, antipopular” y lo acusó de querer terminar con “la justicia social en su país”. Para Javier Milei estas críticas de parte de dirigentes de izquierda son música para sus oídos.
Pero, más allá de las críticas esgrimidas por los contendientes, hay que anotar que el liberalismo y el comunismo, son ideologías y conforman movimientos políticos profundamente distanciados en sus fundamentos económicos, políticos y sociales aunque, existe un punto, donde confluyen. Su voluntad en derribar fronteras.
Esa característica, la de ser un movimiento ecuménico como sucede con las religiones, se denomina internacionalismo y el comunismo ha hecho un culto de esa herramienta de difusión de ideas.
Los internacionalistas, suelen creer que los seres humanos deben unirse más allá de las fronteras nacionales, políticas, culturales, raciales o de clase para promover sus intereses comunes, o que los gobiernos deben cooperar porque sus intereses mutuos a largo plazo son de mayor importancia que sus disputas a corto plazo.
Pues bien, suelen reunirse alrededor del mundo y, en el caso del sindicalismo de orientación comunista, lo hicieron en Paris y emitieron un documento donde reafirman que el gran enemigo de su movimiento es el presidente electo de las recientes elecciones nacionales en el país, Javier Milei.
En un reciente comunicado redactado en varios idiomas se reafirma que, “…la Federación Sindical Mundial se opone y condena enérgicamente las políticas neofascistas del gobierno de Milei en Argentina. Las medidas antipopulares del gobierno, que incluyen la devaluación de la moneda, los protocolos inconstitucionales y un decreto masivo, amenazan a la clase trabajadora y la justicia social”.
Además la central sindical fundada en el año 1945, cuando finalizaba la segunda guerra mundial y el nazismo caía derrotado en el Viejo Continente, expresó su solidaridad con, “… los trabajadores argentinos y al movimiento sindical clasista del país, denunciando la privatización de las entidades estatales, la erosión de los derechos laborales y la agenda neoliberal en general”.
Este documento fue difundido por varias páginas de partidos comunistas alrededor del mundo y numerosas publicaciones de orientación socialista, donde se reafirma que la Federación Sindical Mundial representa a, “…más de 105 millones de trabajadores en 133 países y unimos nuestras voces a las de los trabajadores de Argentina, quienes declaran el estado de alerta permanente contra políticas regresivas y expresan su solidaridad con los trabajadores en su lucha por la justicia”.
Fuente: NA