La industria del calzado nacional, integrada tanto por ensambladoras como grandes marcas deportivas globales, le pedirá al gobierno bajar los aranceles para los componentes importados, que en la actualidad llegan hasta el 35%.
Sostienen que con la liberación de importaciones propiciada por el presidente Javier Milei, las condiciones son proporcionalmente más favorables para traer pares terminados que para los insumos necesarios para fabricar en el país.
De no corregirse, esta asimetría pone en peligro a los más de 55 mil empleos directos del sector en el país, advirtieron a Noticias Argentinas fuentes del sector fabricante de calzados.
El régimen de promoción quedó a mitad de camino.
El plan original de la industria era el establecimiento por ley de un régimen de promoción, que obtuvo media sanción en Diputados el año pasado y quedó a la espera de ser tratado en el Senado.
Por el rumbo político y económico de la actual administración, y por la agenda parlamentaria tomada por la ley ómnibus y el DNU, en el sector ven escasas posibilidades de que pueda tratarse.
La eliminación o baja de aranceles de bienes intermedios les permitiría seguir compitiendo a pesar de las importaciones, y evitar la tan temida ola de despidos y cierres de fábricas, aseguran.
Las fuentes consultadas lo consideran como una salida “win win”, en la que todos los sectores involucrados saldrán ganadores.
“Entendemos que no quieran un régimen de promoción por motivos ideológicos. Pero por motivos de esa misma índole, podrían perfectamente bajar estos aranceles”, explicó un importante fabricante del rubro.
Precisó que “mientras un producto terminado ingresa al país con 35% de arancel, los insumos para la producción lo hacen con uno que oscila entre 15%, 22% y hasta 35%” y dijo que “en las gamas deportivas de mayores prestaciones tecnológicas aun no hay oferta de insumos nacionales, tema del que era el objeto la ley del calzado”.
“Si la política es de mayor apertura, podrían comenzar liberalizando los insumos que no tienen los fabricante locales. Eso genera espacio para mantener la industria activa, bajar los precios locales y al mismo tiempo liberalizar el comercio gradualmente. Parece una ecuación virtuosa y compatible con los vientos libertarios”, indicaron en otra fábrica y ensambladora.
De acuerdo con los números finos a los que accedió NA, si, por ejemplo, un producto viene terminado a USD 20 y se le aplica un arancel del 35%, pasa a un valor de USD 27 (sin contar fletes, seguros y costos de nacionalización).
Si el mismo insumo viene en partes y pagará 0% de arancel, suponiendo que también vale USD 20, hay USD 7 de diferencia para la mano de obra, la logística e insumos nacionales de fácil obtención como embalajes a causa del arancel de 0%.
55 mil puestos de trabajo
Los fabricantes nacionales de calzado generan poco más de 55.000 puestos de trabajo en todo el país.
La industria del calzado deportivo y de alta tecnología es global, dominada por China y Vietnam, en la que algunos países se especializan en determinados componentes.
La disputa entre países emergentes, a la que ahora se suma la India, es por el negocio del ensamblado. La Argentina cuenta a su favor con mano de obra calificada y con cierto desarrollo de proveedores locales.
Pero las barreras arancelarias hacen que las grandes marcas prefieran ensamblar sus pares en otras latitudes, especialmente de Asia y Centroamérica.
A la vez, los industriales del calzado aseguran que la medida no dañaría a empresas locales pymes, ya que los proveedores existentes están más focalizados al mercado de calzado de cuero tradicional, en la jerga conocido como el sector “zapato marrón”, más intensivo en mano de obra artesanal que en tecnología.