Un equipo de especialistas del CONICET en el Instituto de Química del Sur (INQUISUR, CONICET-UNS) trabaja en el desarrollo de un innovador filtro solar de triple acción que, además de proteger contra los rayos UV, funcione como repelente de mosquitos y tenga acción antinflamatoria.
El proyecto, denominado Reprotector UV, es liderado por dos equipos científicos del INQUISUR, de los grupos de Nanomateriales Híbridos Aplicados (NanoHiAp) y de Sistemas Organizados y Desarrollos Analíticos (SODA), en colaboración con la microempresa Peñenwen Cosmética Natural de la ciudad de Bahía Blanca.
“Trabajamos en temas relacionados con este proyecto desde hace más de una década, y en esta iniciativa en particular buscamos unir nuestros conocimientos y expertise en pos de un interés común, que es generar productos innovadores que aborden problemas reales”, expresa Verónica Lassalle, investigadora del CONICET y directora del equipo NanoHiAp en el INQUISUR.
El filtro contiene nanopartículas de óxido de zinc y dióxido de titanio, los únicos filtros UV aceptados para la elaboración de cosméticos naturales y orgánicos de acuerdo con los estándares internacionales COSMOS/EcoCert, aprobados también por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos. Además, la fórmula en desarrollo combina una mezcla sinérgica que incorpora aceites esenciales reconocidos por sus propiedades repelentes e ingredientes naturales que proporcionan propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Lasalle remarca la importancia de preservar la salud cutánea durante todo el año, especialmente en la temporada estival, y señala que el objetivo de la iniciativa es lograr un producto que tenga impacto positivo en áreas de salud pública, al prevenir, de forma simultánea, patologías causadas por la exposición a los rayos solares UV y aquellas enfermedades infecciosas transmitidas por insectos, como dengue, zika, fiebre chikungunya.
De acuerdo con el equipo de investigación, gracias a la utilización de tecnología nanométrica, la formula cosmética propuesta por el equipo del CONICET mejora las propiedades y garantiza, en comparación con filtros solares tradicionales con micropartículas, no sólo una alta protección frente a la radiación solar, sino también una mayor transparencia al aplicarse; lo que evita el indeseado efecto blanquecino sobre la piel.
“En nuestros laboratorios, perfeccionamos un método in vitro para determinar el factor de protección solar, específicamente para emulsiones con nanopartículas de óxido de zinc y dióxido de titanio. Este enfoque riguroso nos permite evaluar de manera precisa el desempeño de estos filtros inorgánicos ultravioletas de amplio espectro, asegurando que cumplen con los estándares más exigentes de protección solar”, explica Marcos Grunhut, investigador del CONICET y director de SODA en el INQUISUR.
Lassalle agrega: “Por otra parte, ya hay estudios que señalan que estos filtros, además de presentar una mayor fotoestabilidad y eficacia, son seguros en cuanto a reacciones cutáneas adversas en bebés, niños y personas de piel sensible”.
En cuanto a su función de repelente de insectos, el filtro incorpora aceites esenciales provenientes de plantas aromáticas (como cymbopogon spp, ocimum spp y eucalyptus spp) que han demostrado ser eficaces contra diversos artrópodos hematófagos, y proporcionar una barrera efectiva sin comprometer la seguridad y la salud humana.
En relación a los próximos pasos para lograr que el producto esté a disponible en el mercado, la investigadora detalla que el objetivo a corto plazo es concluir la fase de ensayos y testeos con mosquitos y realizar pruebas adicionales para asegurar la eficacia y seguridad del Reprotector UV. La siguiente etapa implicará abordar los aspectos regulatorios para obtener la aprobación de ANMAT o de las entidades regulatorias provinciales. Esto permitirá que la microempresa de cosmética natural, con la que los equipos del INQUISUR colaboran, pueda llevar a cabo una producción a mayor escala y finalmente comercializar el producto.
“Buscamos generar productos innovadores que impacten positivamente, y creemos que este protector multifuncional lo hará, en tres áreas clave: la salud pública, al prevenir enfermedades causadas por la exposición solar y el dengue; el desarrollo económico, al propiciar el crecimiento y expandir oportunidades de una microempresa bonaerense; y el sector de ciencia y tecnología, al generar actividades de transferencia de conocimiento”, señala Lassalle.
El proyecto forma parte del programa de Fondos de Innovación de la provincia de Buenos Aires (FITBA) convocatoria 2022.
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