Cientos de manifestantes se congregaron el viernes en ciudades europeas para expresar su indignación por la muerte del crítico del Kremlin Alexei Navalny, coreando eslóganes críticos con el presidente ruso, Vladimir Putin, a quien muchos culpan del fallecimiento del activista.
En Berlín, una multitud de entre 500 y 600 personas, según estimaciones policiales, se congregó frente a la embajada rusa en el bulevar Unter den Linden de la ciudad y coreó “Putin es un asesino” en una mezcla de ruso, alemán e inglés.
Algunos corearon también “Putin a La Haya”, en referencia al tribunal penal internacional que investiga posibles crímenes de guerra cometidos en Ucrania.
La policía utilizó barreras para cerrar el paso entre la embajada y la multitud.
“Alexei Navalny es el líder de la oposición rusa y siempre hemos mantenido la esperanza en su nombre”, señaló un hombre ruso envuelto en una bandera azul y blanca contra la guerra. Dijo llamarse Ilia y que llegó a Alemania con su esposa Nika hace dos años.
“No creo que volvamos a Rusia, quizá dentro de 10 años, porque la situación es muy complicada”, añadió Nika.
En París, un centenar de manifestantes se reunieron espontáneamente cerca de la embajada rusa. Muchos portaban pancartas en las que se leía “Putin asesino”.
“Es difícil para mí expresar mis emociones, porque estoy realmente conmocionada”, dijo Natalia Morozov. “Navalny era, al menos para nosotros, un rayo de esperanza, y ahora ya no tenemos esperanza en la hermosa Rusia del futuro. Esta esperanza ha sido asesinada por Putin, como todas las demás esperanzas de nuestras vidas”.
Una treintena de personas se concentraron también cerca de la embajada rusa en Roma, entre ellas políticos de partidos verdes, centristas y proeuropeos, portando pancartas con mensajes como “Asesinato de Estado” y “Navalny asesinado, Putin criminal”.
En Países Bajos, cientos de personas se congregaron en la céntrica plaza Dam de Ámsterdam, portando pancartas en las que se leía “Putin es un asesino”, mientras que en La Haya más de un centenar de personas se concentraron ante la embajada rusa, según informó la agencia de noticias neerlandesa ANP.
La esposa de Navalny, Yulia, se encontraba el viernes en Múnich, donde se esperaba una concentración de protesta. Más temprano ella declaró en la Conferencia de Seguridad de Múnich que no podía estar segura de que su marido estuviera muerto porque “Putin y su Gobierno… mienten sin cesar”.