El famoso espejo de agua del sur santafesino pasó de 30 mil hectáreas en 2017 a solo 3 mil en la actualidad. Una situación peor atraviesa la laguna de Gómez, cercana a Junín, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires.
El estado de las lagunas de Melincué, en el sur santafesino, y la de Gómez, cercana a Junín, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, dan cuenta de los devastadores efectos de la sequía histórica que afectó a Argentina en los últimos años.
La primera redujo su tamaño unas diez veces en comparación a 2017 y la segunda está completamente seca.
Especialistas en la materia adjudican los notorios cambios a la falta de lluvias, y en menor proporción al cambio de labranza, la falta de arboledas y la ausencia de proyectos para “compensar” los espejos de agua.
El espejo de agua de Melincué padeció en numerosas ocasiones los efectos de las crecidas y en 2017 sufrió la inundación más grande de su historia, que casi deja sepultado al pueblo bajo el agua.
Delqui Nocino, secretario de Obras Hídricas de Melincué advirtió que, pese a la enorme sequía, al mismo tiempo se encuentran en alerta ante posibles crecidas para febrero a causa de las lluvias pronosticadas. “Nuestra laguna va creciendo porque es una cuenca cerrada, se hizo un dique de contención sobre el camino de alta tensión y ahora se está haciendo una defensa entre el casino y el hotel para proteger el pueblo”, expresó.
El panorama no es muy diferente en la zona de Junín, donde se encuentra la laguna de Gómez, uno de los principales atractivos turísticos del noroeste bonaerense. El nivel del agua no solo bajó drásticamente sino que directamente está seca por completo.
“Está seca totalmente, esta situación no se veía aquí desde hace unos 70 años. Si hubo sequías parciales, pero totalmente como la vemos hoy no. Es una situación grave y seria”, relató Fernando Almeida, periodista de Canal 2 de Junín.
“No se sabe bien cuándo se va a recuperar el caudal que tiene la laguna de Gómez, lamentablemente el principal atractivo turístico de la ciudad se secó”, agregó sobre el espejo que es alimentado por La Picasa, otras lagunas y vertientes que llegan desde el río Quinto de Córdoba, y que luego se conecta la laguna El Carpincho y con el río Salado.
La gravedad de la sequía es tal que el último domingo a la tarde el lecho seco del espejo de agua le permitió al piloto de una avioneta, que iba de Lincoln al Club de Planeadores de Junín, realizar un aterrizaje de emergencia donde en otro momento hubiera sido imposible.