La Argentina tiene serias dificultades para transitar la reconversión de la industria automotriz tradicional hacia la electromovilidad, por no contar con una estrategia productiva clara.
Según un informe de la Fundación Fundar, la Argentina, “como país de ingresos medios, con una escala de mercado interno baja, sin proximidad geográfica a países con una alta demanda de este tipo de vehículos, y con una industria automotriz tradicional que viene perdiendo capacidades productivas y tecnológicas tiene serios desafíos en miras de transitar esta reconversión”.
Además, la industria automotriz tradicional “atraviesa importantes dificultades. Entre 2012 y 2022, la producción total de vehículos se contrajo un 30%. A su vez, el sector autopartista sufrió el cierre de empresas y la pérdida de puestos de trabajo, al tiempo que las empresas domésticas que sobreviven proveen, cada vez más, componentes estándar y de poca complejidad”.
“Por otro lado, la industria automotriz argentina está volcada al mercado externo. Brasil es el principal destino de exportación con 65% de las exportaciones en 2022. El atraso de la electrificación del transporte en Brasil y el peso del uso de biocombustibles limita el avance de la producción de vehículos elpectricos en mayor escala en Argentina”, de acuerdo con el informe denominado “Políticas de transición a la electromovilidad en países de ingresos medios”.
En ese trabajo, Fundar consideró que, hasta ahora, Argentina “no definió una clara estrategia para el sector de la
electromovilidad” y, a la vez, la posición del país como productor de litio “suscita debates en torno a la fabricación local de baterías y pone el foco en la presencia del recurso sin atender a su potencial vinculación con el sector de electromovilidad”.
En este marco, la entidad destacó que la carrera por el desarrollo de la electromovilidad se aceleró a nivel global
durante los últimos años, focalizada en los países de altos ingresos (Europa y Estados Unidos) y en las grandes economías emergentes (China e India). Esta carrera también se impulsó en otras regiones como Europa del Este, el Sudeste Asiático y, en menor medida, América Latina.
Las ventas globales de autos eléctricos pasaron de 130.000 unidades en 2012 a más de 10 millones en 2022 y, aunque todavía representan menos del 15% de las ventas anuales de los autos a combustión, aumentaron más de tres veces respecto de 2020 y cada año superan la proyección del año anterior. De hecho, se proyecta que, para 2030, las ventas de vehículos eléctricos represente el 35% del total global.
En los países de América Latina, la transición a la electromovilidad es todavía muy incipiente: si bien la cantidad de ventas creció a un ritmo exponencial, su peso en las ventas mundiales aún es marginal (0,27%). Brasil y México lideraron el mercado regional y muy por detrás está Argentina, con sólo 365 unidades vendidas en 2022, detalló Fundar.
Fuente. NA