El presidente de Rusia, Vladimir Putin, juró este martes su cargo para un nuevo mandato de seis años en una ceremonia en el Kremlin, boicoteada por Estados Unidos y otros países en la que dijo estar potencialmente abierto a conversaciones nucleares con Occidente.
Putin, en el poder como presidente o primer ministro desde 1999, inicia su nuevo mandato más de dos años después de que enviara decenas de miles de tropas a Ucrania, donde las fuerzas rusas recuperaron la iniciativa tras una serie de reveses y tratan de seguir avanzando en el este.
A sus 71 años, Putin domina el panorama político nacional. En la escena internacional, está inmerso en un enfrentamiento con los países occidentales, a los que acusa de utilizar Ucrania como vehículo para intentar derrotar y desmembrar a Rusia.
Tras jurar el cargo, Putin dijo a la élite política rusa que no cerraba el diálogo con Occidente, sino que éste debía decidir por sí mismo cómo relacionarse con su país.
“Somos un gran pueblo unido y juntos superaremos todos los obstáculos, haremos realidad todo lo que hemos planeado. Juntos saldremos victoriosos”, dijo Putin.
En marzo, Putin obtuvo una aplastante victoria en unas elecciones estrictamente controladas, en las que dos candidatos contrarios a la guerra fueron excluidos por motivos técnicos.
Su opositor más conocido, Alexéi Navalny, murió repentinamente en una colonia penal del Ártico un mes antes y otros destacados críticos están en la cárcel o se han visto obligados a huir al extranjero.
Estados Unidos, que dijo no considerar su reelección libre y justa, se mantuvo al margen de la ceremonia de investidura. En tanto, Reino Unido, Canadá y la mayoría de los países de la Unión Europea también decidieron boicotear la toma de posesión.
Ucrania afirmó que el acto pretendía crear “la ilusión de legalidad para la permanencia casi vitalicia en el poder de una persona que ha convertido a la Federación Rusa en un Estado agresor y al régimen gobernante en una dictadura”.