Poco antes de las 21 comenzó a observarse desde la costanera un importante columna de fuego, que iluminaba el agua de la Setúbal. Eran los camalotes y canutillos embalsados, que desde hace mucho tiempo permanecen entre los pilotes del antiguo puente que atravesaba la laguna a la altura de el faro.
No es la primera vez que el fuego hace sonar las alarmas, en el entramado de vegetación amarrada a esos pilares que una vez sostuvieron al puente del ferrocarril. Varias de esas moles que quedaron olvidadas en el medio de la laguna, están unidas desde hace tiempo por una variedad de vegetación, que tiene la particularidad de sostenerse pese a las crecidas y descenso del agua.
Su presencia ya había despertado una fuerte polémica el año pasado, entre quienes reclamaban su remoción, para poder aprovechar toda la extensión del espejo a agua ubicado frente a la ciudad de Santa Fe para la práctica de actividades náuticas y los que sostenían que era necesario esperar que la propia naturaleza se encargara de desprenderlos y arrastrarlos aguas abajo.
Mientras se definía el tema, a alguien se le ocurrió que el fuego podría hacer el trabajo al que no se decidían las autoridades. Y así fue que los bomberos debieron asistir para extinguir las llamas en el embalsado.
Finalmente y después de algunas reuniones, personal militar con elementos y embarcaciones acordes a lo que el trabajo demandaba, fueron desprendiendo la densa vegetación, que con ayuda del agua se alejó de ese sitio.
Pero con el paso del tiempo, el embalse volvió a crecer y si bien no alcanzó las dimensiones que había tenido a comienzos de 2023, un sector de la laguna está tapiado nuevamente.
Ese es el sitio que ardió este martes. Es muy prematuro aún para saber si se trató de una acción deliberada, pero por las características de la vegetación y el lugar dónde se encuentra, parece difícil que el fuego se haya iniciado de manera espontánea.
Los bomberos y la policía llegaron hasta las orillas, pero desde allí no tuvieron acceso cercano al fuego.
La postal era dantesca, la noche fría y oscura le dio un marco especial que alarmó a los pocos santafesinos que a esa hora circulaban por la zona.