Este martes se conoció el veredicto en el juicio contra el tres veces gobernador de Tucumán, y ex Senador Nacional José Alperovich, quien fue condenado a 16 años de prisión, lo que había pedido, en el alegato final, el fiscal Sandro Abraldes, quien describió el episodio como “un juicio sobre la impunidad del poder”.
Alperovich fue juzgado por un total de nueve hechos de agresión sexual: tentativa de abuso, abuso simple y abuso agravado con acceso carnal. Durante el juicio, se llevaron a cabo 15 audiencias y participaron casi 70 testigos y peritos. La condena que se conoció este martes, será de cumplimiento efectivo en prisión.
Los delitos denunciados por la hija de un primo de Alperovich, que trabajaba como su secretaria, ocurrieron entre el 14 de diciembre de 2017 y el 26 de marzo de 2018.
Apenas finalizada la lectura de la sentencia, el juez Juan Ramos Padilla ordenó que fuera inmediatamente detenido y enviado a prisión. También se ordenó investigar por falso testimonio a tres de las personas que declararon en el juicio.
Tras escuchar su condena, los periodistas presentes en la sala le preguntaron si tenía algo para decir, pero prefirió guardar silencio.
Esta no es la primera vez que Alperovich, hoy de 69 años, queda envuelto en un escándalo sexual. Siendo gobernador, se lo vinculó en un romance con una joven que había participado en el reality Gran Hermano. Hasta su esposa debió intervenir públicamente para silenciar las versiones. Hoy, a 15 años de ese affaire, Alperovich seguiría frecuentando a la joven, que es treinta años menor que él y con quien a veces se muestra por las calles de Yerba Buena.
Otro episodio polémico fue en junio de 2019, en plena campaña para intentar llegar otra vez a la gobernación: acosó en vivo a una periodista tucumana que lo entrevistaba. La repercusión del caso habría sido determinante para su pobre performance electoral (salió cuarto, detrás de Juan Manzur, Silvia Elías de Pérez y Ricardo Bussi). A quienes frecuentan a Alperovich no les sorprendió ese elogio envuelto de violencia a la periodista Carolina Servetto, de La Gaceta. Tampoco los comentarios machistas delante de su esposa, que solía soportarlos en un incómodo silencio hasta que se separó en los hechos después de la denuncia de acoso sexual de la sobrina.