La demanda de combustibles en Argentina ha experimentado una notable disminución durante el primer semestre de 2024, según lo indica un informe reciente de la consultora Economía y Energía. Este fenómeno se ve exacerbado por el aumento de los precios y el contexto de recesión económica que atraviesa el país.
En términos generales, el precio promedio de los combustibles aumentó recientemente un 4%, aunque este incremento queda por debajo de la inflación de junio, cuyo dato exacto será revelado por el Indec el próximo viernes. Específicamente, los precios de las naftas grado 2 en Argentina ahora superan a los de países vecinos como Brasil, Bolivia y Paraguay, mientras que el gasoil grado 2 también se posiciona por encima de los valores en Chile y cerca de los precios en Uruguay, lo que ha provocado una reducción en el consumo regional.
Según el informe, las naftas grado 3 han sido las más afectadas, registrando una caída del 22% en comparación con el mismo período del año anterior, mientras que la demanda de naftas grado 2 solo disminuyó un 2% interanual. Este descenso en las ventas es especialmente pronunciado en regiones como el noroeste argentino, donde la caída ha sido significativa.
En detalle, provincias como Misiones han enfrentado una reducción del 29% en la demanda de combustibles, influenciada tanto por los altos precios locales como por la disminución en el tránsito de automovilistas provenientes de países vecinos. Ciudades fronterizas como Puerto Iguazú han experimentado una caída del 50% en el consumo, seguida de Posadas con un 36% y Formosa con un 60%.
En cuanto al gasoil, también se observa una tendencia a la baja en todo el país, excepto en la región de la Patagonia. La mayor retracción se ha concentrado en el gasoil grado 3, con una disminución del 8% respecto al año anterior en la región noreste, que incluye provincias como Formosa y Misiones. A nivel nacional, la demanda de gasoil grado 2 ha disminuido un 3% interanual.
Finalmente, la brecha de precios entre las naftas y el gasoil ha mostrado una reducción significativa en los últimos dos años, reflejando ajustes realizados por las principales refinerías para mitigar la brecha entre los combustibles grado 3 y grado 2.
La evolución de la demanda de combustibles en los próximos meses dependerá en gran medida de las políticas económicas y energéticas implementadas, así como de la recuperación económica que pueda observarse en el país.