Al menos el 35% de las personas con empleo se encuentran por debajo de la línea de pobreza en Argentina, según datos del primer trimestre de 2024 proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y analizados por el Centro de Estudios para la Recuperación de la Argentina (Centro RA), de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Además de destacar el alto porcentaje de trabajadores que son pobres, el informe del Centro RA también advierte sobre el aumento del 32,4% en la tasa de desocupación entre el cuarto trimestre de 2023 y el primero de 2024. En ese lapso perdieron sus trabajos 265.950 personas, dejando un total de 1.088.000 desempleados.
“Estamos frente a un récord creciente de personas que tienen trabajo pero son pobres ya que sus ingresos familiares no alcanzan a cubrir una canasta de bienes y servicios básicos. Se trata de un fenómeno que se incrementó en los últimos años y aumentó significativamente en el último semestre”, dice el informe, que fue difundido esta semana.
Los datos oficiales dan cuenta de que, afinales de 2023, el 34,9% de los ocupados ya se encontraba en esta situación, una cifra que sigue en ascenso debido al continuo aumento de la canasta básica total. En comparación con 2017, los ingresos promedio de las personas ocupadas han caído casi un 40%, con una notable disminución del 14% en los últimos seis meses.
La relación entre empleo e ingresos en la Argentina actual muestra que conseguir un trabajo no garantiza una mejora en las condiciones de vida.
Mientras que el nivel de empleo es similar al registrado tras la salida de la pandemia –en el tercer trimestre de 2021–, el contexto económico actual no resulta prometedor, dado que la tasa de desocupación aumenta de manera desproporcionada en comparación con el descenso de la tasa de empleo y actividad.
Desde el Centro RA también destacaron que 404.000 personas dejaron de estar ocupadas entre el cuarto trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024, lo que representa una caída de 3 puntos porcentuales. De estos, 265.000 se sumaron a las filas de los desempleados y 139.000 se convirtieron en subocupados demandantes, es decir personas que trabajan menos de 35 horas semanales y siguen buscando empleo.
En el análisis según sectores económicos la construcción se mantiene como el más afectado, concentrando el 42,7% de los empleos perdidos, una cifra que se explica fundamentalmente por la paralización de la obra pública.
Otros sectores gravemente afectados incluyen el comercio y los servicios financieros e inmobiliarios, directamente vinculados al poder adquisitivo y la capacidad de consumo de las clases medias y trabajadoras.