El consumo de carne vacuna en la Argentina había sufrido una caída a niveles históricos pero ahora parece mostrar señales de recuperación, según un relevamiento realizado por la consultora del especialista Andrés Costamagna. En este informe se reveló que durante julio se registró un aumento en las ventas tanto en carnicerías barriales como en los supermercados.
Este repunte, cercano al 10% en los últimos dos meses, elevó el consumo a un ritmo de 51 kilos por persona por año, pero se mantiene lejos del récord histórico de casi 80 kilos por persona por año.
No obstante, el incremento en la demanda no vino solo, ya que en julio el precio promedio de la carne experimentó un alza del 5%, un movimiento moderado en comparación a otros sectores pero que podría intensificarse en los próximos meses.
Según Costamagna, los precios de los cortes más premium, como el vacío, la colita de cuadril y el lomo, fueron los que más subieron. Mientras, el asado por ser menos utilizado para carne picada y exportación, mantuvo ofertas atractivas en el mercado.
El consultor anticipa que los precios de la carne podrían aumentar un 6% en las próximas semanas, en lo que describe como “un típico movimiento estacional” que se profundiza a medida que se acerca el verano.
En tanto, la carne de cerdo, que se mantenía como lo más económico, también mostró un alza significativa del 31% en las últimas semanas, pero permanece como la opción más barata.
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Ya en el ámbito de las exportaciones, la industria frigorífica argentina exportó 47,36 mil toneladas de carne vacuna en junio y registró una recuperación del 2,4% mensual tras tres caídas consecutivas, según dio a conocer la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
China permanece como el principal destino, con un aumento del 14,9% en las exportaciones en junio y llegó a el 70,1% del total exportado. Pero no todo son buenas noticias; el precio promedio por tonelada exportada al país asiático cayó un 19% anual, situándose en 3203 dólares.
Esta caída en los precios promedio de exportación se replicó en casi todos los destinos, con una baja del 13,2% en comparación con junio del año pasado. Aunque las exportaciones totales crecieron un 13,6% anual en junio, la facturación cayó un 1,4% debido a la disminución del precio promedio.
Para el sector el consumo interno muestra signos lentos de recuperación, pero las expectativas de aumentos en los precios de la carne vacuna y porcina se consolidan. El desafío para el mercado local es equilibrar esta demanda con la presión sobre los precios, especialmente en un contexto donde las exportaciones también juegan un papel crucial.
El sector frigorífico se encuentra en una posición compleja, con la necesidad de mantener la competitividad en los mercados internacionales, a su vez que enfrenta el ajuste de los precios. Con las proyecciones actuales, los próximos meses serán bisagra para determinar cómo se estabiliza el precio de la carne.