La fiscal regional de Rosario, María Eugenia Iribarren, presentó su renuncia al cargo tras la intervención en el distrito Rosario y el recorte de sus funciones por parte de la fiscal general María Cecilia Vranicich. En un escrito, argumentó que la intervención había “vaciado de contenido” su propuesta de gestión y que no compartía los lineamientos actuales de la conducción del Ministerio Público de la Acusación.
La renuncia fue confirmada por fuentes del Ministerio Público de la Acusación, que indicaron que comenzaron a realizarse los trámites para concretar la decisión de Iribarren. La fiscal regional había sido limitada territorialmente en sus funciones desde marzo pasado, cuando Vranicich dispuso la intervención en el distrito Rosario.
En tanto, enfatizó que la falta de apoyo de la fiscal general a las decisiones tomadas en su ámbito de competencia había quedado evidenciada en la intervención de marzo pasado. “Implicó el apartamiento de las funciones propias del cargo concursado, evidencian una falta de confianza y deslegitimación de la autoridad que ejerzo”, concluyó.
La intervención en el distrito Rosario había sido ordenada por Vranicich en marzo pasado, con el objetivo de “restaurar la cohesión interna institucional” y “reordenar los procesos de trabajo” de los fiscales. La medida fue consecuencia de un monitoreo llevado a cabo por personal de la Auditoría General de Gestión del Ministerio Público de la Acusación.
La renuncia de Iribarren es un nuevo capítulo en el conflicto interno del Ministerio Público de la Acusación, que ha generado tensiones y críticas en el ámbito judicial. La fiscal general Vranicich ha sido objeto de críticas por su gestión y su manejo de la intervención en el distrito Rosario.