El clima en Independiente alcanzó un punto crítico la noche del sábado tras el empate 0-0 en el clásico contra San Lorenzo, correspondiente a la novena fecha de la Liga Profesional. El partido, disputado en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini, no solo dejó insatisfechos a los hinchas por el pobre rendimiento del equipo, sino que también provocó serios incidentes entre los aficionados y la seguridad privada.
La tensión estalló en el hall del estadio, donde se produjeron enfrentamientos entre los hinchas y el personal de seguridad. La principal furia de los aficionados se dirigió contra el presidente Néstor Grindetti y la dirigencia del club, a quienes acusaron de mala gestión.
En las redes sociales, se comentó que el aumento en el número de seguridad privada parecía ser una medida de contención ante el creciente descontento de los hinchas. Durante el partido, se observaron varias banderas en las tribunas con mensajes críticos hacia los jugadores y la dirigencia, tales como “Jugador rico; club pobre”, “ba$ta de trotar” y “+ ganas; -joda”. A pesar de los esfuerzos por retirar estas banderas, muchas ya habían sido captadas por las cámaras de televisión.
El descontento no solo se reflejó en los incidentes en el estadio. En las primeras diez fechas de la Liga Profesional, Independiente ha logrado una sola victoria y se encuentra cerca del fondo de la tabla de posiciones. Además, el club enfrenta problemas con la utilización de nuevos refuerzos, debido a las inhibiciones que aún no han sido levantadas.
Los incidentes de la noche reflejan un momento de gran frustración en la hinchada de Independiente, que espera una pronta mejora tanto en el rendimiento del equipo como en la gestión de la dirigencia. La situación actual del club pone en evidencia una crisis que podría tener repercusiones en los próximos encuentros.