El Gobierno del presidente Javier Milei decidió que la Argentina no se sumará al Pacto del Futuro que firmaron los 193 países que integran las Naciones Unidas.
“Argentina anuncia la disociación del Pacto del Futuro. En la nueva Argentina no hay lugar para agendas internacionales totalitarias”, subrayó el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo.
El funcionario nacional lo anunció en sus redes sociales junto a una fotografía de la canciller Diana Mondino en el momento en que oficializó la postura de la Argentina sobre el tema.
El Pacto del Futuro fue adoptado este domingo por los 193 Estados miembros de la ONU, pero ahora la Argentina se desenganchará.
El proyecto prevé 56 acciones para hacer frente a los “mayores desafíos de la época”, entre los que incluye el mantenimiento de la paz, el cambio climático y las potenciales amenazas de la inteligencia artificial (IA).
Argentina anuncia la disociación del Pacto del Futuro. En la nueva Argentina no hay lugar para agendas internacionales totalitarias. pic.twitter.com/egIw1GXhhJ
— Nahuel Sotelo (@nsotelolar) September 22, 2024
El mandatario nacional no cree en la agenda climática y ese tema volverá a plantear ante la comunidad internacional cuando el martes le toque hablar en la Asamblea de Naciones Unidas.
Ante el aumento de las armas y las amenazas a la paz mundial, el pacto refuerza el compromiso al respeto de la Carta de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional, protección de los
civiles, diplomacia para resolver los conflictos, etc.
Sobre el medio ambiente, asegura: “El cambio climático es uno de los mayores retos de nuestro tiempo. Estamos muy preocupados por la lentitud actual de los avances” en las acciones para reducirlo.
El acuerdo al que suscribieron todos los países de la ONU también busca acelerar los esfuerzos para erradicar la pobreza extrema, el hambre, promover la educación y lograr igualdad de
género.
El Pacto del Futuro también abre la posibilidad de modificaciones en el poderoso Consejo de Seguridad del organismo, en momentos en que se ve virtualmente paralizado por el poder de veto de Rusia y Estados Unidos.
La idea es conformar un Consejo de Seguridad “más representativo” y “más eficaz”.
También, el proyecto habla de la inteligencia artificial, refiriéndose a oportunidades y también sus riesgos.