En el siempre parejo fútbol argentino, Central Córdoba, que arrancó la fecha como el último de la tabla, le dio vuelta el partido a Instituto, que con la ventaja parcial había alcanzado a Vélez en la cima. Fue 2-1 para los dirigidos por Omar De Felippe con goles de Favio Cabral y de Kevin Vázquez.
No le sobra nada a Instituto, pero juega bien al fútbol y por eso está ahí arriba en la tabla. La Gloria es un típico equipo de Diego Dabove, un entrenador con un estilo reconocible desde hace años. Es simple, serio y efectivo el elenco cordobés. El esquema es un 4-4-1-1, por lo que ataca como mínimo con cuatro futbolistas (el atacante, el enganche y los dos volantes por afuera) y en varias ocasiones se suma uno de los mediocampistas centrales y uno de los laterales. Así, por momentos es lindo ver jugar a Instituto.
Se dice que no le sobra demasiado al elenco cordobés porque Central Córdoba, el último de la tabla, le hizo un juego de igual a igual y por momentos fue mejor. En la etapa inicial, los comandados por Omar De Felippe tuvieron la posesión en un 60 por ciento e intentaron 11 remates al arco. Pero sabe lo que quiere la Gloria y no se desespera por no tener el balón. Más: se siente cómodo jugando al contragolpe.
El primer tiempo culminó 1-0 para la visita por un lindo gol de Gregorio Rodríguez. Pero rápido en el complemento el ingresado Favio Cabral -que llegó proveniente de Mitre de Santiago del Estero- empató tras una habilitación de Florentín. El tanto llenó de energías a los locales, que acumularon méritos. Atajó mucho y bien Manuel Roffo, aunque no pudo hacer nada ante un derechazo cruzado de Vázquez. Con ese grito, el Ferroviario bajó a uno de los animadores del torneo.