El 1 de enero de 2025, comenzará a regir el Reglamento Europeo sobre Productos Libres de Deforestación (EUDR). Esta ley busca frenar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad global.
La normativa afecta a productos como carne, soja, madera, cacao, caucho, café y aceite de palma, junto a sus derivados. Las empresas argentinas deberán demostrar que sus productos no contribuyeron a la deforestación tras el 31 de diciembre de 2020.
Argentina y Brasil pidieron a la Comisión Europea retrasar la implementación de esta ley, argumentando dificultades operativas para productores y exportadores. Sin embargo, la Unión Europea aún no ha respondido a este pedido.
Mariano Spitale, de KPMG Argentina, destacó que la EUDR se integra al Green Deal europeo, que establece estándares más rigurosos en sostenibilidad. Esta ley exigirá a las empresas garantizar la trazabilidad de sus productos.
Romina Bracco, de KPMG, advirtió sobre los desafíos que enfrentarán los exportadores. Las empresas deberán adoptar nuevas tecnologías y mejorar procesos productivos para cumplir con los nuevos requisitos.
Las sanciones para quienes no cumplan con la EUDR incluyen multas de hasta el 4% del volumen de negocios neto. También se contemplan prohibiciones comerciales y decomisos de productos.
La ley busca frenar la “deforestación importada” de productos que provienen de tierras deforestadas. Las autoridades europeas realizarán inspecciones periódicas y establecerán un sistema de evaluación por país.
Las empresas argentinas deben adaptarse rápidamente a estos requisitos para mantener su presencia en el mercado europeo. Esto implicará revisar cadenas de suministro y establecer sistemas de trazabilidad.
El desafío es considerable, especialmente para un país como Argentina, donde la agricultura es clave en la economía. La normativa impactará a toda la cadena de valor, desde proveedores hasta distribuidores.
La implementación de la EUDR representa un cambio significativo en el comercio global y su interacción con el medio ambiente. Se espera reducir la deforestación en más de 100.000 hectáreas anuales y disminuir emisiones de dióxido de carbono.
La transición hacia una producción más sustentable puede convertirse en una oportunidad para que Argentina demuestre su compromiso con la sostenibilidad.