Un informe del CEPA revela que en julio de 2024, los medicamentos más consumidos en Argentina aumentaron un promedio del 5%. Este incremento supera la inflación del 4%. La salud se convierte en un lujo para muchos, especialmente para los adultos mayores.
Medicamentos esenciales, como el Daflon 500, experimentaron un aumento alarmante del 482%. Su precio pasó de $11.553 a $67.193 en un año. Otros fármacos de uso común, como el Ibupirac 600 mg, aumentaron un 456%.
Los jubilados enfrentan una situación crítica. En julio de 2024, la jubilación mínima se actualizó solo un 4,2%. Este ajuste resulta insuficiente para cubrir el alza en los precios de los medicamentos. La pérdida del poder adquisitivo de las jubilaciones mínimas llegó al 35,2% en ocho meses.
El informe de CEPA destaca el desfase abrumador entre los aumentos de medicamentos y las jubilaciones. Este escenario deja a los adultos mayores en una situación de extrema vulnerabilidad.
A pesar de la crisis interna, las exportaciones farmacéuticas argentinas crecieron un 8,5% en julio. Este aumento refleja la demanda de América Latina y Europa. Sin embargo, el consumo interno de medicamentos cayó un 26,4% en términos interanuales.
La pérdida de poder adquisitivo obligó a muchos a reducir el gasto en tratamientos médicos. Esta paradoja muestra cómo los laboratorios prosperan en el exterior, mientras en el país, cada vez más personas eligen entre cuidar su salud o sobrevivir económicamente.
La automedicación también se ha vuelto alarmante. El 80% de los argentinos usa medicamentos sin prescripción. Los jóvenes de 16 a 29 años son los más propensos a esta práctica. Este comportamiento, impulsado por la crisis económica, pone en riesgo la salud y puede derivar en problemas de salud pública más graves.