Como cada verano, Florencia Raggi y Nicolás Repetto se dejan ver caminando por las playas de Punta del Este. Este último fin de semana no fue la excepción. Desde su casa en José Ignacio hasta el puerto de pescadores, la pareja recorrió el camino con la tranquilidad de quien lleva tres décadas compartiendo la vida.
Treinta años atrás, pocos habrían imaginado que aquella joven de 22 años que comenzaba a destacar como modelo y actriz y el carismático conductor de televisión, 16 años mayor que ella, formarían una de las parejas más sólidas del espectáculo argentino. Su encuentro, como si estuviera guionado por el destino, ocurrió en vivo, frente a las cámaras de televisión.
A los dos años y medio, se convirtieron en padres de Renata, la primera hija de la pareja. Más tarde llegaría Francisco, consolidando la familia que ambos soñaban. A pesar de la rapidez con la que todo parecía avanzar, Florencia y Nicolás construyeron su amor con cuidado y paciencia.
En 2008, decidieron casarse en secreto, lejos de los flashes y las miradas curiosas. Fue un gesto íntimo, casi simbólico, que Florencia revelaría tiempo después en el programa Mañanas Informales.
Treinta años después, su historia sigue viva, tan vibrante como las olas que acarician las costas de José Ignacio.