Después una tensa jornada, en la que la casa despidió a otra jugadora, la emoción volvió a invadir a Gran Hermano. Este jueves, Santiago Algorta y Ulises Apóstolo recibieron a sus mamás, en la casa más famosa del país.
Una vez que las sirenas comenzaron a sonar, el primero en recibir a su visita fue Santiago. La puerta giratoria le dio la entrada a Rosario, quien en los primeros segundos no pudo encontrar a su hijo, ya que el uruguayo se encontraba junto a Luciana y Luz, cerca de los dormitorios.
“No me esperabas, estoy feliz de estar este ratito contigo, me estaba haciendo mucha falta. Te quiero mucho. Estamos muy orgullosos de ti. No te muevas, porque si no sabés que te va a salir muy caro”, comenzó diciendo la madre de Algorta.
Como si fuera poco, volvió a advertirlo una vez más: “Ahora tengo dos retos para ti, te oí muchas veces decir que te querés quedar a vivir acá. No te pienses, no te quedás a vivir acá. El otro, no pises más el sillón. Te adoro”.
Así las cosas, llegó el turno de Ulises. Mientras los jugadores se preparaban para realizar un desfile por el jardín, las alarmas comenzaron a sonar. Mientras sostenía la mano de Luciana, quien lo acompañaba por la pasarela, el cordobés recibió a su mamá.
“Toda la familia estamos bien, tu papá, tus hermanos, tus sobrinas, tus amigos, compañeros, primos. Acá traigo unas figuras del Cura Brochero. Todo el mundo está mandándote lo mejor”, comenzó diciendo Rosana al ver a su hijo.
Una vez que el Big anunció el descongelamiento, Ulises se arrodilló en el piso, extendió los brazos y gritó al cielo: “Gracias Dios, gracias Córdoba, gracias por estar conmigo. Gracias mamá”. Inmediatamente, sus compañeros corrieron a abrazarlo.