En una jornada marcada por la tensión y el cruce de opiniones, la Cámara de Diputados aprobó este martes el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del Gobierno que habilita la firma de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Con 129 votos a favor, 108 en contra y 6 abstenciones, la iniciativa logró el respaldo de varias fuerzas políticas, aunque también desató duras críticas y rechazos.
El DNU contó con el apoyo de los bloques de La Libertad Avanza (LLA), PRO, UCR, Coalición Cívica, Innovación Federal, Producción y Trabajo, y parte de Encuentro Federal. Entre los diputados que votaron a favor se destacaron José Luis Garrido (Por Santa Cruz), Pamela Omodeo (Creo), Ricardo Garrumuño (Fuerza), y Mario Barletta (Unidos).
En cambio, el rechazo vino principalmente de Unión por la Patria (UxP), la izquierda y algunos miembros de Democracia para Siempre, que cuestionaron tanto el procedimiento como la falta de claridad sobre los detalles del acuerdo. Diputados como Máximo Kirchner, Carlos Heller y Facundo Manes expresaron su preocupación sobre la falta de información sobre los términos del pacto y la ilegalidad del DNU.
Una de las mayores críticas fue la falta de detalles del acuerdo con el FMI, cuyo monto aún no ha sido confirmado, aunque se espera que sea de entre 10.000 y 20.000 millones de dólares. El Gobierno lo presenta como una herramienta para refinanciar deudas del Banco Central y reforzar las reservas del país.
La sesión estuvo cargada de tensión, con escenas de gritos e intercambios de acusaciones entre diputados, especialmente durante el discurso del jefe del bloque peronista, Germán Martínez, quien reprochó el manejo de la sesión por parte del presidente de la Cámara, Martín Menem. Además, se destacó el intercambio entre diputados de LLA, como la diputada Marcela Pagano, quien acusó a Menem de “actitudes fascistas” por no haber sido ratificada como titular de la Comisión de Juicio Político.
El debate también se centró en la constitucionalidad del decreto. Algunos opositores, como Nicolás Massot y Facundo Manes, señalaron que el DNU transgrede la Constitución, argumentando que es responsabilidad exclusiva del Congreso decidir sobre la contratación de créditos y el arreglo de la deuda externa.
Por otro lado, el diputado Rodrigo De Loredo (UCR) defendió el acuerdo al considerarlo una herramienta para ganar “tiempo valioso” y permitir que la economía argentina respire, aunque admitió que no resuelve el problema estructural de fondo.
El debate sobre el DNU y el acuerdo con el FMI refleja una profunda división en el Congreso y el país, con una fuerte tensión sobre cómo se debe abordar la crisis económica y la deuda externa. El Gobierno, por su parte, sigue adelante con su plan de fortalecer las reservas y renegociar la deuda, mientras la oposición exige mayor transparencia y claridad sobre el acuerdo.
