En su primera presentación como local en esta edición de la Copa Libertadores, Racing sufrió una dura derrota por 2-1 frente a Atlético Bucaramanga. El equipo de Gustavo Costas, que había ilusionado en su debut ante Fortaleza, mostró una versión deslucida, carente de ideas y terminó siendo superado por un rival que hizo historia en Avellaneda.
El comienzo parecía prometedor para la Academia: en apenas dos minutos generó dos chances claras que obligaron al arquero colombiano a intervenir. Todo indicaba que se repetiría el arranque arrollador del debut. Pero la falta de eficacia y la progresiva pérdida de dominio cambiaron el curso del encuentro.
Bucaramanga, liderado por el experimentado Fabián Sambueza, fue creciendo con el correr de los minutos. Se adueñó del mediocampo y comenzó a exponer las grietas del equipo argentino, que se fue desdibujando con el paso del tiempo.
En el complemento, el elenco colombiano aprovechó sus oportunidades: abrió el marcador antes de los 10 minutos y Sambueza estiró la ventaja a los 20, en un momento que resultó letal para Racing desde lo anímico. El descuento local llegó cerca del final, pero no alcanzó para cambiar el rumbo ni maquillar una noche olvidable.
La ausencia del público por una sanción también se hizo sentir. Sin el aliento habitual, Racing lució apático, desordenado y con muchas imprecisiones. La derrota no solo golpea en lo deportivo, sino que obliga a una rápida reacción de cara al próximo compromiso ante Colo-Colo.
Costas y su equipo deberán corregir errores y reencontrarse con la versión que generó ilusión en el debut. La Libertadores no da tregua, y el margen de error empieza a reducirse.