En un hecho inesperado, el Papa Francisco visitó este jueves 10 de abril la Basílica de San Pedro en el Vaticano, causando revuelo entre los fieles y observadores.
El pontífice, de 88 años, llegó alrededor de las 12:30 horas (hora local) en silla de ruedas y, de manera inusual, sin portar su tradicional sotana blanca ni las vestimentas papales. En su lugar, se le vio vestido de civil, cubierto con una manta, en lo que se interpreta como un gesto de sencillez durante su convalecencia.
La aparición del Papa se produjo cuatro días después de su última salida pública el domingo 6 de abril, cuando saludó a los fieles en la Plaza de San Pedro tras la misa del Jubileo de los Enfermos.
Desde entonces, Francisco había permanecido en su residencia en Casa Santa Marta, recuperándose de una neumonía bilateral que lo mantuvo internado 38 días en el hospital Gemelli de Roma hasta el pasado 23 de marzo. A pesar de las recomendaciones médicas de guardar reposo, el Sumo Pontífice decidió acudir al templo para un momento de oración personal.
Francisco, quien ha enfrentado múltiples retos de salud en los últimos años, continúa siendo monitoreado de cerca por su equipo médico en Casa Santa Marta, donde reside. Su reaparición, aunque breve, ha sido recibida con entusiasmo y alivio por parte de la comunidad católica, que sigue pendiente de su recuperación.