Antoni Gaudí, el conocido como “arquitecto de Dios”, inició el camino de la beatificación, luego de que el Papa aprobara este lunes el decreto que reconoce sus “virtudes heroicas”.
El lunes, el papa Francisco puso en el camino de la santidad a Antoni Gaudí, el modernista catalán que llegó a ser conocido como “arquitecto de Dios” por su trabajo en la Sagrada Familia, la mundialmente famosa basílica de Barcelona.
Gaudí ha iniciado con este decreto papal, el camino que necesariamente se debe recorrer para llegar a la santidad. Francisco reconoció sus “virtudes heroicas” y autorizó el decreto declarándolo “venerable”, uno de los primeros y necesarios pasos.
Para el próximo paso, la beatificación, tendría que verificarse un milagro que le sea atribuido. Después de eso, sería necesaria la confirmación de otro milagro más, para que Gaudí fuera declarado santo por la Iglesia católica. Un proceso puede durar años, incluso siglos.
Conocida la noticia, la basílica conmemoró la decisión del pontífice indicando en su página web que, tras la muerte de Gaudí a los 73 años, un importante prelado de la época le llamó arquitecto de Dios, y que la Sagrada Familia “abre los corazones a la belleza con su belleza”.
Antoni Gaudí nació el 25 de junio de 1852, muy probablemente en Reus, España, algo que no se ha podido corroborar. Años más tarde se trasladó a Barcelona, donde estudió arquitectura, licenciándose en 1878. Tras trabajar en algunos pequeños proyectos, según la página web de la basílica, “pronto se convirtió en uno de los arquitectos más solicitados y empezó a aceptar encargos de mayor envergadura”.
De 1887 a 1893 diseñó y dirigió otras obras civiles y religiosas, y durante la Cuaresma de 1894, le sobrevino una grave enfermedad, causada por un estricto ayuno. Superada la crisis, continuó trabajando en diversos proyectos, pero poco a poco fue perdiendo a todos los miembros de su familia, se embarcó en un auténtico ascetismo espiritual, rechazó nuevos encargos y se concentró exclusivamente en la Sagrada Familia, hasta el punto de que en 1925 adaptó como residencia una pequeña habitación contigua al templo.
La construcción de la Sagrada Familia comenzó en 1882, y Gaudí se hizo cargo del proyecto un año después, cuando tenía 31 años. Trabajó en la basílica durante más de cuatro décadas y exclusivamente los últimos 12 años de su vida. Pero, aún no se ha terminado.
Según destaca el portal oficial del Vaticano ‘Vatican News’, el joven Gaudí consideraba la Sagrada Familia «una misión encomendada por Dios y con esta conciencia transformó el proyectoneogótico original en algo diferente y original, inspirado en las formas de la naturaleza y rico en simbolismo que expresaba su profunda fe y espiritualidad, que tenía influencias benedictinas y franciscanas«.
También pone de relieve que el arquitecto, devoto de San Felipe Neri, «se enfrentó a obstáculos y dificultades con valentía y confianza en Dios mientras dirigía la obra y también soportó envidias y celos».
La muerte de Gaudí fue trágica, lo atropelló un tranvía en Barcelona el 7 de junio de 1926, y lo trasladaron al hospital de pobres de la ciudad porque no lo reconocieron, pero no sobrevivió. Murió tres días después.