En una sesión marcada por el cruce de acusaciones y profundas diferencias políticas, el Senado de la Nación rechazó este jueves los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, los candidatos propuestos por el presidente Javier Milei para ocupar vacantes en la Corte Suprema de Justicia.
El rechazo significó un fuerte revés para el Gobierno, que acumuló su primera gran derrota legislativa a poco más de un año de asumir. García-Mansilla obtuvo 51 votos negativos contra solo 20 a favor, mientras que Lijo cosechó 43 rechazos, 27 adhesiones y una abstención.
El proceso de designación ya venía generando controversias por el nombramiento en comisión dispuesto por el Ejecutivo, una maniobra que fue duramente cuestionada por gran parte del arco político. La iniciativa de tumbar los pliegos unificó posturas críticas desde el kirchnerismo hasta sectores del PRO y la UCR, que sumaron voluntades tanto para el quórum como para el voto negativo.
Durante el debate, la senadora Guadalupe Tagliaferri, presidenta de la Comisión de Acuerdos, criticó la ausencia de mujeres en la Corte Suprema y cuestionó el procedimiento utilizado por el oficialismo: “Borrarnos de ahí es negar nuestro aporte y voz. Argentina es el único país de América Latina sin mujeres en la Corte”.
Martín Lousteau, por su parte, hizo foco en la legitimidad del proceso: “Ningún candidato puede ser juez de la Corte si acepta ser designado en comisión. Esto no configura una Corte independiente”, aseguró.
El radical Eduardo Vischi, quien había mostrado cercanía al Gobierno, sorprendió al criticar duramente el accionar del Ejecutivo y apeló incluso a la figura de Raúl Alfonsín: “Las instituciones deben ser un pilar para el crecimiento del país”.
Desde el kirchnerismo, José Mayans cerró con una advertencia: “Más vale que García-Mansilla renuncie. Está usurpando el cargo y no tiene legitimidad”.
En medio del aislamiento parlamentario, el oficialismo intentó sin éxito boicotear la sesión, lo que deja en evidencia el frágil estado de las relaciones políticas del gobierno libertario dentro del Congreso. El rechazo a los pliegos se suma a otros traspiés recientes, como el rechazo del DNU que beneficiaba a la SIDE, y complica el intento del Gobierno de influir en la composición del máximo tribunal.