Este lunes, Manuel García-Mansilla renunció de forma indeclinable a su cargo como juez de la Corte Suprema de Justicia, luego de que el Senado rechazara su pliego. El magistrado había sido designado por decreto por el presidente Javier Milei el pasado 26 de febrero, mediante el decreto 137/2025.
En una carta dirigida al mandatario, García-Mansilla fundamentó su decisión en la “convicción de que la falta de integración de la Corte Suprema era un grave problema institucional que requería una solución urgente”. Además, expresó duras críticas al funcionamiento del tribunal, que actualmente opera con solo tres miembros, situación que calificó como “sorprendente” y “anómala”.
“El funcionamiento con conjueces dista de ser el ideal. Se resuelven casos, sí, pero no en la cantidad y el ritmo que exige la Corte”, advirtió. En ese sentido, sostuvo que la parálisis judicial “afecta en concreto la actividad del Tribunal y, fundamentalmente, la vida de nuestros conciudadanos, que ven demorada la resolución de las disputas que someten a su decisión”.
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García-Mansilla también alertó sobre lo que consideró una “falsa creencia” en la capacidad de la Corte para funcionar con tres jueces, y señaló que ese “espejismo institucional” podría generar consecuencias aún más graves que las ya ocasionadas por la demora en cubrir las vacantes del máximo tribunal.
Con su renuncia, se profundiza el escenario de incertidumbre institucional en torno al futuro de la Corte Suprema y a la capacidad del Ejecutivo para avanzar en su intento de reformar el Poder Judicial.