Vicentín cerró temporalmente sus plantas en Avellaneda y Ricardone debido a la caída de contratos. La empresa no abonó aún los salarios de febrero.
La firma enfrenta una prolongada situación financiera delicada. La falta de contratos de fazón impide cumplir con los compromisos asumidos.
La compañía expresó que se impone la protección de sus activos. Esto permitiría un rápido reinicio de la actividad cuando las condiciones sean favorables.
Vicentín decidió cerrar sus plantas en operación, en espera de revertir la situación. La incertidumbre por el proceso judicial también afecta sus decisiones actuales.
La empresa asegura mantener un diálogo permanente con todas las partes interesadas. Buscarán las condiciones necesarias para reanudar la actividad lo más pronto posible.
Vicentín lamenta haber alcanzado esta situación extrema. Asegura que todavía cuentan con una solución respaldada por acreedores desde hace tres años. Sin embargo, las dificultades actuales generan zozobra en la comunidad.