El presidente Maduro había anunciado un aumento, pero nadie sabe desde cuándo rige ni cuál será su valor.
“Maduro anunciará cuánto costará el nuevo precio de la gasolina”, decía una joven funcionaria con gorra oficial de PDVSA y camisa roja mientras hacía la prueba electrónica con el aparato de punto de venta. “Y no sabemos cuándo será eso”, añadió al advertir que estaba prohibido tomarle fotografías en la gasolinera caraqueña de Los Palos Grandes.
Las colas del fin de semana para llenar el tanque de los coches con la última gota del combustible más barato del mundo (0,002 dólar el litro) eran kilométricas. Todos querían saber cuánto va a costar a partir de este lunes, pero nadie del oficialismo daba con la información después de mes y medio de un inicio dos veces retrasado.
Para hacer la prueba con el nuevo sistema inalámbrico digital de pago, la chica de rojo preguntaba la cédula de identidad (carné de identidad) del conductor, si tenía carnet de la patria o una tarjeta de crédito o débito y poner la huella de identidad, lo que llaman el “biopago”.
La conductora en cuestión no tenía e carnet de la patria con el cual tendría un 40% de subvención durante los próximos 90 días, pero sí la tarjeta de crédito, pero como era una prueba solo bastó dar el carné de identidad.
Otro conductor de la fila, intrigado por la cantidad de preguntas que formulaba la empleada vestida de rojo, comentó que le preocupaba lo que iba a hacer el régimen con tantos datos que le proporcionaban los usuarios: “Parece sospechoso”, dijo.
Pedro Fuentes, el encargado de la estación de servicios de Los Palos Grandes, en el municipio de Chacao, dijo desconocer el nuevo precio: “Hoy estamos cobrando o casi regalando la gasolina al precio de siempre de hace más de 17 años sin ajustes. No sé lo que costará mañana, ni sé cómo va a funcionar este sistema, yo sé tanto como usted sobre la gasolina”, dijo.
Cuando Maduro anunció su “paquetazo rojo” la primera semana de agosto pasado dijo que la gasolina iba a ser ajustada al precio internacional. Desde ese momento ha tenido que retrasar su aplicación, primero porque no tenía los equipos para adaptarlos a los surtidores de las gasolineras. Y ahora puso a 8.000 jóvenes a cobrar con un dispositivo móvil inalámbrico, al parecer de fabricación china.
María Carolina Uzcátegui, presidente de Consecomercio, comentó que el sábado, por las pruebas que el gobierno hizo para el pago del combustible, hubo tal nivel de congestión en las gasolineras, sobre todo en el occidente del país, que el transporte de bienes a través de las carreteras fue engorroso. Advirtió que hasta que la situación se normalice y se estabilice probablemente en las próximas semanas el desabastecimiento se va a recrudecer.
En los estados fronterizos como Táchira la prueba del “biopago” ha fracasado. “Las colas para pagar son inmensas y hay mucha escasez de combustible”, dijo Alexandra Márquez después de soportar 6 horas para poder llenar su vehículo en San Cristóbal.