“No quieren que yo gane porque soy el primer presidente que desafía a China en comercio”, dijo el mandatario.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó este miércoles a China por intentar interferir en la política estadounidense y de incentivar su derrota en las elecciones debido a la guerra comercial que mantienen ambos países.
“Lamentablemente nos enteramos de que China ha estado intentando interferir contra mi gobierno en nuestra próxima elección de 2018 que tendrá lugar en noviembre”, dijo ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
“No quieren que yo o que nosotros ganemos porque soy el primer presidente que desafía a China en comercio”, añadió.
Trump advirtió que tiene evidencia clara para respaldar sus acusaciones. “Tenemos evidencia. Saldrá a la luz. Sí, les puedo decir eso ahora. No salió de la nada, puedo decirlo”, aseguró.
Las dos primeras economías mundiales se han involucrado en una escalada de aranceles desencadenada por Trump, que pidió una mayor apertura del mercado chino hacia uno “Made in the USA”.
En noviembre se disputarán las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, en las que el Partido Republicano de Trump podría perder el control de la Cámara de Representantes y el Senado.
Por su parte, el gobierno chino salió a negar la acusación de Trump. “China siempre ha respetado el principio de no injerencia en los asuntos internos de un país”, dijo por su parte el jefe de la diplomacia de China, Wang Yi.
“Rechazamos las acusaciones contra China y pedimos a otros países que respeten la Carta de las Naciones Unidas y no interfieran en nuestros asuntos internos”, dijo el ministro chino.
Desde que asumió en el poder, Trump ha hablado muchas veces de su amistad con el presidente chino Xi Jinping, alabando al líder por su papel para ayudar a ejercer presión sobre Corea del Norte y su programa nuclear.
Pero Trump ahora admitió que su amistad con su contraparte podría haber llegado a su fin.
Xi “quizás ya no sea más mi amigo pero creo que probablemente me respeta”, dijo Trump cuando le preguntaron en una conferencia en la ONU, y aseguró que la disputa comercial con China no ha provocado ningún impacto en la economía estadounidense.
Esta semana, Washington promulgó nuevos aranceles contra China que cubren otros 200.000 millones de dólares de sus importaciones, dejando de lado las amenazas de contramedidas de Pekín.