Pérdida del poder adquisitivo, absorción del circulante, inflación descontrolada, presión impositiva sin precedentes, permanentes tarifazos, desaparición del financiamiento, tanto de proveedores como del sistema, crecimiento constante de venta ilegal e informal, desempleo, freno de la obra pública, entre otros factores, están empujando al sector a una situación límite de extrema gravedad.
La angustiante situación que atraviesa el sector de comercio, servicios y pymes de la provincia de Santa Fe se reflejó con crudeza en la reunión plenaria de la Federación de Centros Comerciales de la Provincia de Santa Fe (Fececo) desarrollada en Esperanza, el viernes 5 de octubre.
Representantes de este sector de toda la provincia se dieron cita en el referido encuentro transmitiendo la dura realidad que atraviesa el sector, a la vez de expresar con alto tono de preocupación e incertidumbre el pesimismo existente ante un futuro aún más difícil anunciado por las propias autoridades nacionales.
El sector, último eslabón de la cadena de producción y comercialización, recibe el impacto de toda medida, situación o circunstancia que disminuya el circulante de dinero, así como sufre el aumento de presión impositiva, permanente y constantes procesos de fiscalización y control que no se aplican a quienes practican el comercio ilegal e informal, los despiadados incrementos en las tarifas de servicios públicos y combustibles, el direccionamiento del consumo hacia cadenas o capitales nacionales, que no contribuyen, al contrario, perjudican a las economías regionales, y la política de favorecer el juego financiero en lugar de apoyar al sistema productivo.
Todos estos factores adversos que día a día socavan no sólo el capital sino también el espíritu del comerciante, se evidencian en cada región, localidad o rincón de la provincia de distintas maneras. Con un fuerte contenido de impotencia y en busca de transmitirlos en su real medida, los dirigentes de toda la provincia fueron develando las experiencias y los temores de sus representados. Suspensiones y despidos de personal en señeras plantas industriales, paralización de la obra pública, eliminación del Fondo Soja, atraso de los salarios en casi todos los sectores, desaparición del financiamiento por parte de los proveedores, aumento de tarifas a las familias restándole capacidad de consumo, incremento de los costos fijos como alquiler, servicios públicos, insumos, etc., ausencia de líneas de crédito o financiamiento en entidades bancarias -inclusive las de propio Estado-, voraz presión impositiva en todos los niveles en buscar de cerrar sus números, maquiavélico entramado de retenciones, percepciones, determinación de riesgo fiscal, y otros ardides que maniatan al comerciante en su desenvolvimiento financiero.
También, implacables inspecciones que, si bien son justificables, están siempre direccionadas hacia los comercios establecidos legalmente, desistiéndose de controlar a quienes practican la venta ilegal o informal, que en lugar de disminuir aumenta día a día con nuevos formatos y metodología de comercialización por fuera de todo orden legal; indeseadas derivaciones de estas inspecciones, que en lugar de ofrecer alternativas para subsanar los eventuales problemas o circunstancias que generan una sanción, como puede ser una instancia administrativa rectificativa o una moratoria amplia, se convierten en un cerrojo para la actividad a través de bloqueos de cuentas bancarias e interdictos que ni aún regularizando la situación se destraban al quedar su levantamiento a criterio de los profesionales de los organismos recaudatorios; direccionamiento del consumo, a través de los programas Precio Cuidados y “El mercado en tu barrio”, a capitales que para nada aportan ni son solidarios con las economías locales, etc.
La conjunción de todo lo expresado coloca al comercio y los servicios en una situación extrema que, lamentablemente, en muchos casos, ha devenido en cierres de locales, con la consecuente pérdida de empleos y en muchos casos la desaparición de recursos económicos para el sostenimiento de una o varias familias.
A pesar de la gravedad de la crisis actual y de lo oscuro de los próximos meses no se ha encontrado en los organismos del Estado dispuestos para el cuidado del sistema productivo la respuesta necesaria y acorde a las circunstancias. Las entidades representativas a nivel nacional se encuentran en acción permanente en busca de soluciones para el sector, no obstante, la desesperante coyuntura actual y las inquietantes perspectivas del corto y mediano plazo ameritan recurrir a las mismas en busca de gestiones que se transformen en medidas concretas en forma urgente por parte de las autoridades nacionales.
Atendiendo lo expuesto, la Federación de Centros Comerciales de la Provincia de Santa Fe (Fececo), con el respaldo de las cámaras empresarias locales, mandatarios de los comerciantes de toda la provincia, manifiestan su preocupación y expresan la angustia de decenas de miles de personas y familias, tanto de titulares como de empleados, que viven de la actividad comercial, servicios y pymes, solicitando la inmediata toma de decisiones que correspondan a cada orden jurisdiccional para salir de la aguda crisis en la que ya se encuentran inmersos.